La Audiencia Provincial de Madrid condenó a 18 años de cárcel a un agente de la Policía Nacional que asesinó de tres disparos a un amigo suyo que trabajaba como encargado en el bar que ambos regentaban. La víctima había quedado con el acusado en el bar para decirle que dejaba el negocio, discutieron y se produjeron los disparos.