Las previsiones se cumplieron. La juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela envió ayer a prisión provisional sin fianza al narco cambadés José Ramón Prado Bugallo, Sito Miñanco, considerado el mayor capo de la coca en España y a otros 19 supuestos integrantes de su organización, una de las mayores desarticuladas. Les atribuye delitos de tráfico de drogas, organización criminal "de extrema gravedad" y blanqueo de capitales. La magistrada dejó en libertad a otras nueve personas, aunque con medidas cautelares como la retirada del pasaporte. En este grupo se encuentran la exmujer y la pareja actual de Prado Bugallo, así como el compañero sentimental de una de las hijas de Laureano Oubiña. También quedó libre un trabajador del astillero de O Facho de Cambados. Otros tres fueron a prisión, pero un tercero, antiguo colaborador de Prado Bugallo, va a prisión. La próxima semana prestarán declaración las personas investigadas que quedaron en libertad en dependencias policiales, caso de una de las hijas del capo cambadés.

Con Sito Miñanco ingresaron en la cárcel sus lugartenientes, el arousano Ramiro Somoza y el colombiano Luis Enrique García Arango. Al igual que su jefe, los dos cumplen condena por una operación anterior, aunque ya están en tercer grado. El nuevo arresto conlleva para ambos la vuelta al penal. Ramiro Somoza había conseguido la pasada semana el archivo de otra causa que tenía abierta en un Juzgado de Vilagarcía y que en caso contrario lo habría devuelto a prisión. También corrió igual suerte David Pérez Lago, hijastro de Laureano Oubiña.

La titular del Juzgado Central de Instrucción número 3 comenzó con las declaraciones a las 8.30 horas de la mañana y por la tarde se desplazó al hospital para interrogar a Manuel González, presunto narco que disparó a los GEO que iban a detenerle en una nave de Alpedrete, creyendo que se trataba de un ajuste de cuentas como el que acabó con la vida de un miembro de la organización en Colombia, Santiago Q., únicamente seis días después de salir de España.

La magistrada inició las comparecencias por los considerados escalones más débiles de la organización y dejó para el final al capo cambadés. Prácticamente todos se acogieron a su derecho a no declarar, por consejo de sus abogados, dado que la causa está declarada secreta y todavía no han tenido acceso a los datos de la investigación.

Mientras los investigadores de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional consideran que con la operación Mito se ha desarticulado el clan del histórico Miñanco, las defensas no lo ven tan atado.

Prado Bugallo guardó silencio ayer ante la juez, pero no ante su abogado. El penalista que le defiende, señaló que su cliente preguntaba "¿Barco, qué barco?", cuando le explicaba que se le implicaba en la cocaína del Thoran. El letrado ve cosas "extrañas" en la causa. Apunta que los tres alijos de casi cinco toneladas de droga (3.800 kilos de cocaína del buque Thoran en el Central 4, casi 700 kilos de cocaína en un contenedor en Holanda y 63 kilos de marihuana en Madrid), están ya judicializados en otros juzgados que tienen a sus propios investigados y "ninguno es de los detenidos en la operación Mito, ni hay dato alguno que involucre a Prado Bugallo".

Las medidas de seguridad adoptadas por Sito Miñanco y sus lugartenientes, así como la encriptación de las llamadas telefónicas entre ellos -más bien escasas pues preferían reunirse y hablar cara a cara-, llevó a los investigadores a colocar con autorización judicial un micrófono de ambiente en el chalé del capo cambadés en la urbanización de O Rial de Vilagarcía, al que solía viajar los fines de semana que no tenía que dormir en la prisión de Algeciras.

Las conversaciones captadas allí son una de las principales fuentes de información para vincular a Sito Miñanco con dos importantes envíos de droga a España. Uno de los alijos sería la cocaína interceptada en Holanda, pues en conversación con Quique Arango habría expuesto los problemas con los proveedores colombianos tras la incautación de la droga.

El micrófono, según los datos que han trascendido de uno de los autos judiciales, habría captado una conversación entre David Pérez Lago y Manuel González, el herido en el enfrentamiento con los GEO, sobre la compra de un revólver para Prado Bugallo. Además de los transportes de dinero (889.000 euros en las mochilas de doble fondo de los cinco detenidos en Barajas que pretendían viajar a Colombia, y al menos tres transportes que suman 2,9 millones en un automóvil marca Saab con doble fondo) se investiga la compra de un chalé en Colombia y otro en Collado Villalba.

Según los investigadores Sito Miñanco compatibilizaba desde la prisión de Algeciras la dirección de su imperio del narcotráfico, con la gestión por las mañanas de la recaudación de una empresa de aparcamientos con negocio en Sevilla, Málaga y Algeciras.

Además, durante varios meses por las tardes, y también en los días festivos, el capo cambadés acudía como voluntario a una ONG de asistencia a enfermos terminales que regenta una congregación religiosa. Por la noche, dormía en el Centro de Inserción Social (CIS) Manuel Montesinos Molina.