Luis Vega, de 47 años, era uno de los muchos médicos españoles que optó por emigrar a Portugal en busca de un futuro laboral. Hacía casi veinte años que vivía en el país vecino junto con su esposa y trabajaba en el servicio de urgencias del Hospital Sao Sebastiao, en la localidad de Santa María de Feira, aunque también prestaba servicio en la base de prevención situada en Macedo de Cavaleiros, en el distrito de Braganza, donde había adquirido experiencia como miembro de los equipos de asistencia del Instituto Nacional de Emergencia Médica. Fuentes diplomáticas españolas confirmaron ayer que su familia fue informada del accidente y que viajó a Oporto para retirar el cuerpo y trasladarlo a España.

"Trabajaba en el Transporte Médico de Emergencia y Reanimación desde el principio, era un excelente profesional, siempre disponible, bien dispuesto", declaró ayer al diario portugués Público la coordinadora de este servicio, Severina Nicora. La disponibilidad de Vega también fue mencionada por otros trabajadores de este servicio que no quisieron ser identificados y que refirieron de su voluntad de servicio: "Vestía siempre la camiseta".