Uno de los objetivos de la autopsia y las pruebas complementarias solicitadas por los forenses es intentar fijar la fecha exacta de la muerte de Manuel Alonso. Las contradicciones entre los testigos son notables. Algunos vecinos situaban la fecha de su desaparición el 26 de diciembre, si bien se sabe que el octogenario pasó las fiestas con su hermana en Lavadores.

El presunto parricida manifestó al hallarse el cuerpo de su padre que el 31 de diciembre había visto una luz encendida en su casa. Pero dos testigos que los investigadores consideran fiables, manifestaron que se lo cruzaron con el pasado 2 de enero.

La detención de Manuel Alonso en relación con la muerte de su progenitor sorprendió a muchos de sus vecinos, mientras que otros reconocían que sabían que se llevaban mal desde hace tiempo. "Es terrible pensar que alguien pueda matar a otra persona, pero que sea un hijo quien quite la vida a su padre...", lamentaban ayer los vecinos de la zona.

La rápida resolución del crimen ha llevado tranquilidad a la parroquia de Sárdoma, alarmada por la posibilidad de que un hecho similar pudiera repetirse con otros ancianos de la zona.