El colombiano Steven G.Z., acusado de matar al joven gallego Santiago Garrido de un botellazo en la cabeza y robarle su teléfono móvil el día de Navidad de 2017en Ibiza, negó ayer los cargos en el juicio. "No recuerdo haberme encontrado con nadie esa noche, no tuve ningún incidente ni vi nada, no propiné ningún botellazo", afirmó y alegó que esa madrugada bebió alcohol, fumó unos porros y tomó ketamina y cocaína. "Si lo hubiera hecho, me habría marchado a Colombia", se defendió. El fiscal reclama 18 años de prisión por homicidio y robo con violencia y la acusación particular, 24 años.

"Yo no le robé ningún móvil ni lo toqué; sólo lo vi por una foto que me enseñó un pizzero", explicó en referencia al joven fallecido, a quien, según su relato, no conocía.

Por su parte, el segundo acusado, Carlos Guillermo P.H., que también se encuentra en prisión provisional, al igual que Steven, y que afronta una pena de multa por un delito leve de maltrato por parte del fiscal pero para quien la acusación particular reclama también 24 años de cárcel por asesinato y robo con violencia, detalló que no vio cómo Steven le daba un botellazo al joven, pero sí escuchó el golpe.

"Fue repentino, primero empezaron a insultarse, yo les empujé para separarles y me fui. Escuché un sonido. No vi el botellazo. Vi al chaval en el suelo y estaba como mareado. Se levantó y se fue", recordó el acusado, que apuntó que la víctima era un "mulato" conocido como 'Kaiser' y no el joven Santiago Garrido, que horas después falleció en su casa: "Yo no conocía al chico que mataron, sólo me enseñaron una foto". Según su versión, eran entre las cuatro y las cinco de la madrugada del 25 de diciembre de 2017 cuando Steven y él, junto con sus novias, se cruzaron con un chico cuando iban de ses Figueretes a una casa okupa. "

Steven llevaba en la mano una botella de ron de cristal y le dijo 'carapolla' y el chico, '¿Cómo que carapolla?'. Discutieron. Me metí por medio para separarles. Empujé a cada uno. No me encaré con el chico. No pasó nada más. Luego me fui caminando y no vi directamente el botellazo. Escuché un sonido. Le dije a Steven que hubiera sido mejor pegarle un puñetazo. Nunca me esperaba que Steven pudiera golpearle con la botella. Fue un solo golpe que escuché. Luego no vi a Steven rebuscar para cogerle el teléfono móvil. El móvil se cayó al suelo. Steven lo cogió y se lo quedó en la mano", puntualizó Carlos Guillermo.

"El chico se levantó y se fue caminando. No le vi sangrando por la cara. Luego, en la casa okupa, creo que Steven le entregó el teléfono a Daniel", añadió.