La Audiencia Provincial de Lugo ha condenado, de acuerdo con el veredicto del tribunal del jurado, a la pena de diez años de prisión a un hombre que mató a su hermano en la localidad lucense de Rábade en noviembre de 2019.El sospechoso ha sido sentenciado como autor de un delito de homicidio, con la concurrencia de la agravante de parentesco y las atenuantes de confesión y arrebato, según informa el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG).El fallo de la sección segunda de la Audiencia Provincial de Lugo llega después de que el sospechoso fuera declarado por unanimidad culpable de acabar con la vida de su hermano discapacitado, asfixiándolo en el domicilio que ambos compartían el 23 de noviembre de 2019.

El condenado mantuvo en la vista oral, que se celebró en la Audiencia entre los días 17 y 18 de noviembre, la misma actitud que cuando fue detenido por la Guardia Civil tras confesar el crimen.

Entonces, no habló con los investigadores de la Benemérita para explicar su versión de lo sucedido el día de autos y en el juicio, de nuevo, rechazó también declarar en presencia de los magistrados y del jurado popular que se encargó de juzgarlo.

Inicialmente, el ministerio fiscal pedía para el acusado una pena de diez años de cárcel, aunque elevó a doce años de reclusión la solicitud de condena en sus conclusiones definitivas, a pesar de que reconoció la atenuante de confesión.

Por su parte, el abogado Juan Carlos Fernández, que se hizo cargo de la defensa, solicitó la atenuante de arrebato, que finalmente fue reconocida por los magistrados de la Audiencia.

El fiscal sostuvo en el juicio que el acusado estranguló a su hermano, que en el momento de los hechos tenía 45 años y estaba incapacitado parcialmente, con una discapacidad reconocida del 65%, en el domicilio de Rábade en el que ambos residían. Posteriormente, llamó a la Guardia Civil para informar de lo que acababa de hacer.

Cuando fue detenido, el acusado se negó en todo momento a hablar con los agentes encargados de la investigación y el juez ordenó su ingreso en la prisión de Bonxe, en Outeiro de Rei, donde ha permanecido hasta ahora.

El ministerio público mantuvo en el juicio que el acusado tenía "sus facultades para comprender sus actos y la voluntad para decidirse a ejecutarlos intactas en el momento de los hechos", de modo que "era plenamente consciente de que con su acción acabaría con la vida de su hermano".

Por ello, lo consideró responsable de un delito de homicidio, con el agravante de parentesco, y solicitó para él la pena de doce años de cárcel.