Agresión sexual

Los tres detenidos por la violación grupal de Valencia tienen antecedentes por violencia sexual y malos tratos

Uno de ellos fue denunciado por difundir una foto de contenido sexual tras una cita con una mujer, otro fue detenido cuando tenía 16 años por una agresión sexual y el tercero fue arrestado por malos tratos en el ámbito doméstico hace tres años

La violación grupal fue cometida tras una autocaravana aparcada en este aparcamiento, justo donde en la imagen se aprecian los huecos vacíos.

La violación grupal fue cometida tras una autocaravana aparcada en este aparcamiento, justo donde en la imagen se aprecian los huecos vacíos. / LEVANTE-EMV

Teresa Domínguez

Los tres detenidos por la violación grupal de una chica de 18 años en un descampado de la Malva-rosa (Valencia), ubicado junto a una discoteca y frente a un cuartel de la Guardia Civil, tienen antecedentes o bien por denuncia o bien por detención tanto de delitos relacionados con la violencia sexual como de malos tratos en el ámbito doméstico. Todos ellos tienen 23 años y, tal como adelantó en exclusiva Levante-EMV, tras ser puestos a disposición judicial, el juez envió a uno de ellos a prisión, para otro dictó prisión eludible con el pago de una fianza de 5.000 euros y para el tercero, libertad provisional, es decir, que siguen investigados en la causa abierta por agresión sexual con acceso carnal cometida por más de dos personas (grupal). Además, para los dos que han quedado en libertad con cargos se ha dictado una orden de alejamiento que les prohíbe acercarse o comunicarse de cualquier manera con la víctima.

El primero, denunciado por 'sexting'

Tal como ha podido saber este diario de fuentes de toda solvencia, uno de ellos, precisamente para quien el juzgado ordenó libertad con cargos pero sin fianza, ya fue denunciado hacer tres años por una mujer de mediana edad con la que había mantenido relaciones sexuales por supuestamente difundir sin su consentimiento una imagen de ese encuentro sexual a través de Whatsapp y de alguna red social más en lo que se conoce como sexting. Se trata del término inglés para referirse al delito que supone compartir sin el permiso de todos los implicados una imagen de contenido sexual obtenida durante una práctica consentida.

Detenido por agresión sexual con 16 años

El otro investigado que tiene antecedentes por delitos sexuales es el implicado para quien el juez fijó la fianza de 5.000 euros a cambio de no meterlo en la cárcel. Según ha podido saber este periódico, fue detenido siendo menor de edad, con solo 16 años, por su presunta participación en otra agresión sexual similar a la ocurrida en la madrugada del pasado sábado en València, y que fue adelantada en exclusiva por este diario.

Malos tratos en el ámbito doméstico

El tercer presunto implicado en los hechos, con un grado de participación mayor que los otros dos, razón por la que el juez, a instancias del fiscal, lo metió en la cárcel el sábado, también tiene antecedentes, pero en este caso no por violencia sexual, sino por malos tratos en el ámbito doméstico. Por esa razón, fue detenido hace algo más de tres años, tras ser denunciado por su víctima.

Tal como ha venido publicando Levante-EMV, de Prensa Ibérica, la joven fue llevada por uno de los ahora detenidos bajo engaño al descampado, donde fue víctima de la violación grupal cometida por al menos tres hombres. En cuanto la chica pudo zafarse, pidió ayuda a un vigilante de la discoteca y a un guardia civil, que la acompañaron de regreso al descampado, momento en que los sospechosos iniciaron una veloz huida del aparcamiento a bordo del coche de uno de ellos, precisamente uno de los escenarios de la agresión múltiple.

Los tres detenidos por la violación grupal de la Malva-rosa han esgrimido que las relaciones sexuales con su víctima «fueron consentidas». Sin embargo, la joven ha sido firme en su versión cada vez que le han preguntado, tanto los primeros policías que la atendieron, como luego, durante la investigación. Intentó oponerse, lo expresó de viva voz y trató de zafarse, pero se sintió acorralada y el miedo y la fuerte sujeción -la tenían aprisionada contra la parte trasera de una autocaravana, inmovilizada y con la cara aplastada contra la matrícula mientras se iban turnando- le impidió pedir ayuda antes.

Cuando fue preguntada por los especialistas en agresiones sexuales de la unidad de atención a la familia y a la mujer (UFAM) de la Policía Nacional que cómo informó a sus agresores de que no consentía la relación, fue clara. Les dijo «varias veces» frases como «que no quiero», «que me dejéis» o «que paréis ya».

Uno de ellos trató de hacerla callar introduciéndole el pene en la boca, pero ella la cerró e intentó esquivarlo. El tono amenazante del «que abras la boca» y el miedo «a que me dieran una paliza y me dejaran tirada allí» hizo que dejara de revolverse y hablar. La violación múltiple aún se prolongó por espacio de casi media hora y solo acabó cuando los ahora investigados decidieron terminar. T. Domínguez. València