El jugo que blanquea tus zapatillas y eliminas para siempre las horribles manchas amarillas

Un truco casero con el que podrás darle una segunda vida a tus zapatos

Daniel Vascoy

Las zapatillas blancas son un fondo de armario que nunca pasa de moda. Esta prenda siempre es tendencia pero se mancha con muchísima facilidad y recuperar su color original parece de los más complicado.

Hay diferentes trucos que te pueden servir para recuperar ese blanco que tanto te gusta y con el que podrás darle una segunda vida a tus zapatos favoritos.

Muchos de nosotros utilizamos la clásica lejía y vinagre para intentar limpiar nuestros zapatos blancos. Pero si no tenemos mucho cuidado, corremos el riesgo de arruinarlos para siempre. La lejía es un producto agresivo y su manipulación corre el riesgo de manchar todo. El vinagre, en cambio, no es adecuado para todos los tejidos.

La pasta de dientes podría ser nuestro mejor aliado para los zapatos de cuero. Evidentemente, debemos elegir uno de pasta blanca para no manchar más el tejido. Humedezca la zona manchada, frote bien con un cepillo de dientes y aclare después de eliminar la mancha. Déjalo secar a la sombra y ya está.

Si tenemos zapatillas de lona blancas, podemos probar el detergente lavavajillas más suave. Un producto que nos permitirá eliminar las manchas amarillas y también los restos de aceite y grasa. Coge los zapatos y remójalos durante 45 minutos en un recipiente con agua y detergente. Aclarar y el problema debería estar resuelto. Para las manchas más resistentes podemos probar a aplicar detergente en la zona afectada y frotar suavemente.

Una buena alternativa entre los productos delicados es el zumo de limón. En este caso, sin embargo, debemos ser precisos y actuar directamente sobre la mancha. Vierte 10 gotas de zumo en un vaso de agua y remueve. Coge una esponja seca y moja una esquina. Lo único que queda es frotar el zapato suavemente hasta que se elimine el amarillo.

Para devolverle el color a la suela solo tendrás que poner en un bol la pasta de dientes blanca habitual, agua y una cucharadita de bicarbonato de sodio. Mezclamos todo bien y con un cepillo de cerdas duras limpiamos la suela. En pocos minutos tendrás unos zapatos blancos como si los acabaras de comprar.