John Travolta tenía 24 años cuando Danny Zukko le convirtió en un icono con Grease. Cuatro décadas después, el actor estadounidense desgranó en Cannes los secretos de una larga trayectoria en la que dijo no lamentar ningún papel.

"No creo en los lamentos. Creo en juntarte con todo tipo de gente, observar a la humanidad y vivir la vida al máximo, para que cuando te llegue la oportunidad de volver a actuar tengas más en tu mochila de memorias y experiencias", apuntó en una clase magistral. El intérprete a quien con cada nuevo éxito se le atribuye un "regreso" prefiere hablar de "reinvención". Fiebre del sábado noche (1977), Grease (1978), Mira quién habla (1989) o Pulp Fiction son sus grandes películas.