Paris Hilton se ha tomado un año sabático como DJ en Ibiza para atender su gira internacional, poder viajar cuando quiera, estar con su prometido, Chris Zylka, y ver a su familia y sus perros, pero prosigue su frenética vida de exitosa mujer de negocios, celebrity, enamorada y embajadora del turismo ibicenco.

-Es la mujer que más perfumes vende en el mundo y el próximo será el número 24. ¿Cómo lo hace?

-El número 24 ha tenido un éxito sensacional. Es muy fresco. Cuido mucho las esencias, olores y la presentación para que guste.

-¿Trabaja en algún proyecto cinematográfico o reality ?

-En un reality show en el que le enseño a la gente cómo es la vida de celebrity. Muchos jóvenes vienen a Los Ángeles para hacer su sueño realidad, unos lo consiguen y muchos otros no. Quería aconsejar a la gente ya que he ayudado a muchas personas a ser famosas, tengo un don para ello y advertirles de que puede ser un mundo peligroso.

-En una entrevista reciente su prometido, Chris Zylka, comentó que quiere estar más tiempo detrás de las cámara como director que delante.

-Es un actor maravilloso, un artista y un genio en todo lo que hace, ya sea dirigiendo, en fotografía o pintando. Tiene muchos proyectos en mente. Siempre me dice que yo soy la estrella y que le gusta mirarme desde un segundo plano tras los ojos de un director.

-Y parece que está muy enamorado de usted.

-Estamos muy enamorados, felices y contentos. Me siento tan afortunada de haber encontrado un hombre como él ya que hoy en día es difícil cruzarte con un ser bueno de verdad. Es leal, alguien en quien puedes confiar de verdad. Me he topado con muchos chicos malos que querían hacerme daño. Queremos vivir enamorados por siempre y tener una preciosa familia.

-¿Lleva todavía bien su vida de celebridad y la fama que conlleva?

-Nací para hacer esto. Tenía dos años y mi primera niñera me llamaba cariñosamente Star y es así como me llama mi familia desde entonces. Cuando tenía solo tres años mi abuela padecía de cáncer de pecho y siempre me comentaba que era una niña muy especial, que sería una mujer fabulosa como las actrices Brigitte Bardot y Marilyn Monroe o la princesa Diana, que tenía un don muy especial, tan dulce y fantástica. Siempre supe que iba a ser una estrella. Nací para ello y nunca lo he dudado.

-¿No se cansa del ajetreo y el acoso de los fans?

-Supone mucho trabajo y a veces estoy cansada, pero me hace feliz hacerme fotografías con todo el mundo, abrazar a la gente, ver su cara y el efecto de felicidad que provoco sobre las personas. Es una sensación mágica y no mucha gente puede hacerlo. Me encanta desprender felicidad y positividad, por eso me gusta poner música para la gente y que se divierta y hacerles felices. Estoy agradecida, no puedo quejarme de ser una persona famosa, odio cuando la gente se queja de ello. No lo elegí pero sucedió y lo adoro, lo utilizo para hacer el bien, estoy involucrada en muchas labores sociales, uso mi voz para trasmitir mensajes y concienciar a la gente de los problemas del mundo. Me encanta colaborar con la Asociación de Personas con Necesidades Especiales de Eivissa por una buena causa.