Perseguido por los flashes, el actor británico Robert Pattinson llevó ayer la ciencia ficción a San Sebastián, al frente de un filme de la veterana directora francesa Claire Denis, debutante en el festival donostiarra. Protagonizada además por Juliette Binoche, High Life entró a competir por la codiciada Concha de Oro a la mejor película, en una jornada en que desfiló por la alfombra roja el mexicano Alfonso Cuarón, llegado con su película triunfadora en la Mostra de Venecia Roma.

En la cinta de Denis, que huye de la ciencia ficción de efectos especiales para poner el foco en las relaciones personales, Monte (Pattinson) y su pequeño bebé son los únicos supervivientes en una nave espacial a la deriva en el espacio. Ellos eran parte, junto a otros condenados a muerte y drogadictos, de una misión sin retorno hacia el agujero negro más cercano a la tierra. A la vez, servían de conejillos de indias de experimentos científicos.

Pattison, que el miércoles fue abucheado por parte del público al no pararse con los fans, afirmó ayer que resulta "muy interesante interpretar un papel que no tiene dirección y no se sabe a dónde va". En este sentido, el actor reconoce que no abordó este papel como el de un hombre desesperado, sino que le "encantó" que su personaje "no tiene un plan". Pattison confesó, durante su presentación a la prensa, que le provocaba "curiosidad" afrontar un papel "de manera tan física, sin ser tan cerebral".