Alfred García, exconcursante de Operación Triunfo, ya ha logrado ser disco de oro con su primer álbum, 1016 -que produjo él mismo-, y puede presumir de haber agotado las entradas para diez de los conciertos de su gira.

-¿Se esperaba tanto éxito?

-Bueno, al salir de Operación Triunfo ya me acostumbré a que, de un mes para otro, 3.000 personas vinieran a verme a una firma de discos. Lo de ahora es fruto del esfuerzo y no de OT, aunque también ha influido. Es gracias al disco que hemos hecho, a la gente que trabaja conmigo y a todo el esfuerzo que hemos metido en la producción y la calidad artística.

- ¿Qué es '1016'?

- Es el número que me dieron en el cásting de OT. El disco habla de todo lo que me ha pasado en el último año, de la experiencia en la Academia, y de cómo es saltar del anonimato al gran público.

-Además de cantante es productor y compositor del disco.

-Sí, ha requerido mucho trabajo. Aunque se podía haber mejorado la verdad es que estoy muy contento. Todo ha dependido de mí, lo que es una movida, y además sigo dándole vueltas a si habré hecho bien esto o aquello. La verdad es que suena bastante bien, suena a lo que yo quería. Los próximos discos sonarán a otra cosa, aunque mi esencia, que son mi voz y mis letra, seguirán siempre ahí.

-¿Qué hacía antes de entrar en 'OT'?

-Estaba en tercero de carrera y estudiaba Comunicación Audiovisual. Estudié el grado medio de música en el Taller de Músics de Barcelona y estaba a punto de hacer el grado superior. Tenía tres discos autoproducidos y daba conciertos por ahí con ellos.

-¿Quiénes son sus referentes musicales?

-Leiva y Robe Iniesta, de Extremoduro. Fuera de España me gustan Bon Iver y John Mayer, aunque el entertainer por excelencia es Michael Jackson.

-Dejó de ser el chico de Barcelona que tocaba por diversión para ser Alfred el de 'OT'. ¿Ahora la gente espera más de usted?

-No, soy consecuente con quien soy. Al final yo estas salas ya las he recorrido antes, y mi intención es llenar salas mucho más grandes. Además siempre he llevado muy por delante mi paso por OT: soy el único que he hecho un disco con mi número de cásting. Siempre lo he tratado con naturalidad y nunca me he aprovechado de ello.

-¿Fue dura la vuelta a la realidad después de tres meses encerrado en la Academia?

-No. Yo ya me había preparado mentalmente viendo documentales de artistas a los que le sobrevino la fama. Pensaba en ellos cuando me hacían entrevistas, y les tomaba como referencia para responder, intentando actuar con normalidad. De Michael Jackson aprendí cómo enfrentarme a situaciones límite. De Los Beatles, el sarcasmo.

-¿Cómo lleva lo de ser un personaje conocido?

-Vivo mi vida y si no quiero que algo trascienda no lo cuento ni lo muestro. Al final nadie sabe con quien salgo a cenar por ahí.

- ¿Y qué tal la experiencia en Eurovisión?

-Yo no lo disfruté mucho. Todo estaba más atado que el final de Harry Potter. No tenía margen para nada: ni hacer una canción que me gustara, ni elegir una discográfica, ni la escenografía, ni los arreglos. Al final para lo que me sirvió fue para saber qué es lo que no me gusta.