El libro Versiones libérrimas de Old Ideas de Leonard Cohen por Joaquín Sabina recoge las personales traducciones que el cantautor de Úbeda realizó de las diez canciones que el canadiense incluyó en el disco que editó en 2012 y que, tras ocho años de silencio, supuso uno de sus mayores éxitos comerciales.

La edición, no venal, se presentó ayer en el edificio de la Universidad de Oviedo, que implantó en 2014 la Cátedra Leonard Cohen después de que el autor de Suzanne donase a la institución los 50.000 euros con que estaba dotado el Premio Príncipe de Asturias de las Letras que recibió en 2011.

A las letras en inglés de Old Ideas se acompaña en el volumen con las traducciones realizadas por Sabina y con ilustraciones a cargo de artistas como Mercedes Díaz Villarías, Máximo Aláez, Sandra Estrada, Nanu González, Celsius Pictor y Celso Martínez.

Para la directora de la Cátedra Leonard Cohen y profesora de Historia del Arte y Musicología, Miriam Perandones, a las ilustraciones de la portada y contraportada en las que aparecen Cohen y Sabina se añadieron otras de encargo que hicieran referencia a alguna de las canciones cuyas letras se reproducen.

"Se ha intentado que el volumen fuera lo más hermoso posible, para hacer así un guiño a la labor creativa de Cohen y Sabina, que además de creadores con la palabra también lo son con el lápiz, el pincel y el rotulador", afirma Perandones en el prólogo en el que agradece además la "complicidad" del autor de "Princesa".

Por su parte, el editor de la obra, Javier Rodríguez, señala que en su etapa al frente de la Cátedra Cohen entre 2014 y 2016 advirtió de que, salvo los seguidores más fieles del autor canadiense, apenas se conocían las "libérrimas" versiones que realizó Sabina y se planteó la necesidad de unir a ambos personajes en una publicación.

A partir de ahí se fueron añadiendo nuevos elementos como otras creaciones poéticas de Sabina en relación a un autor al que siempre ha considerado un referente como los sonetos que le dedicó en alguna de sus visitas a España, incluida la que realizó para convertirse en el Teatro Campoamor de Oviedo en Príncipe de las Letras.

Según Rodríguez, Sabina siempre apreció en Cohen "la pasión de los profetas" y, a lo largo de su carrera, fue aproximándose al autor de "The partisan" hasta en su manera de cantar "cada vez más cerca del susurro" y de entender cada canción "como un discurso elaborado con la poesía como elemento central".