La Berlinale entregará un nuevo premio en su 70 edición, un Oso de Plata especial, mientras investiga el pasado nazi del fundador del festival, Alfred Bauer, a cuya memoria destinó durante años uno de sus galardones más preciados. "Estamos convencidos de que investigar la posición de Bauer en el aparato nazi precisa del trabajo científico de investigadores externos", apuntó ayer la directora del festival, Mariette Rissenbeck. Dicha tarea quedó encargada al Instituto de Historia de Múnich, cuyos resultados se esperan para el próximo verano.

El anuncio de Rissenbeck, directora colegiada de la Berlinale junto con Carlo Chatrian, se produjo tras la revelación, hace unas semanas, del pasado de Bauer, coincidiendo con la presentación de la edición del festival. El semanario político Die Zeit sacó entonces a la luz que Bauer había tenido un papel más que relevante en el cine bajo el nacionalsocialismo. La reacción inmediata de Rissenbeck y Chatrian fue suspender el premio instituido en su nombre a la espera de que se aclare la situación. Se trata del primer año del nuevo tándem al frente del festival, tras 18 ediciones de liderazgo en solitario a cargo de Dieter Kosslick. Eso daba un carácter especial a esta edición, en la que además se celebran los 70 años de un evento nacido en la posguerra alemana e impulsado por los aliados.

Las revelaciones de Die Zeit eran parte de una biografía, aun en ciernes, sobre el fundador. Según ese estudio, Bauer, director de la Berlinale desde 1951 a 1976, trabajó en la dirección general del cine del Tercer Reich, creado en 1942 por su jefe de la propaganda, Joseph Goebbels. Su cometido era controlar a las personas involucradas en la industria del cine, desde actores a directores y personal técnico. Estaba implicado en las decisiones sobre quién trabajaba y quién no y sobre quién quedaba exento de servir en el ejército nazi. Era un "hombre fiel" a las SA de Adolf Hitler, según el estudio.

Inicialmente, la nueva dirección iba a retirar el premio, sin más. Ahora anunció el nuevo Oso de Plata, con carácter especial y, supuestamente, creado para el cumpleaños del festival.

El Premio Alfred Bauer fue instituido en 1987 y en la presente edición llevaba la coletilla de "especial del Jurado". Era el tercer galardón del palmarés del festival, tras el Oso de Oro al mejor filme y Oso de Plata Gran Premio del Jurado.

Desaparecía así un premio en cuya nómina hay producciones latinoamericanas como la argentina La Ciénaga, de Lucrecia Martel (2001), El Custodio, de su compatriota Rodrigo Moreno (2006), Lake Tahoe, del mexicano Fernando Eimbcke (2008), Gigante, del uruguayo Adrián Bniez (2009), Oxcanul, del guatemalteco Jayro Bustamante, y Las herederas, del paraguayo Marcelo Martinessi.