Un nuevo revés para el actor que interpretó al maquiavélico Frank Underwood en la serie House of Cards. El Tribunal Superior de Los Ángeles condenaba el jueves a Kevin Spacey a pagar 31 millones de dólares (30,3 millones de euros) a la productora MCR, artífice de la exitosa serie. El motivo de esta indemnización se debe a la ruptura de contrato y a los daños que causó el actor durante el rodaje.

Esta multa ya fue aprobada hace un año por un tribunal de arbitraje pero Spacey y sus abogados recurrieron entonces. Al final se ha decidido que esa medida no era “tan irracional” como defendía el equipo legal del actor. “No han logrado demostrar que sea un caso ajustado o que la indemnización por daños y perjuicios fuera tan absolutamente irracional que equivaliera a una reelaboración arbitraria de los contratos de ambas partes”, ha determinado el juez Mel Red Recana.

Según recoge The Hollywood Reporter, que es propiedad de la productora MCR, el tribunal de arbitraje estimó que el actor había incumplido los términos de su contrato con su comportamiento, ya que fue acusado de acoso sexual por un asistente de producción. La denuncia llegó en un momento en el que Spacey, ganador de dos Óscar por Sospechosos habituales (1995) y American Beauty (1999), veía cómo su exitosa carrera, tanto en el teatro como en el cine y la televisión se derrumbaba en 2017 después de que salieran a la luz numerosas acusaciones de agresión sexual, unas acusaciones que él siempre ha negado.

El escándalo estalló cuando el actor Anthony Rapp, animado por el movimiento Me Too y los escándalos en torno al productor de Hollywood Harvey Weinstein, acusó a Spacey de abusar de él cuando tenía 14 años (Spacey tenía entonces 26), y que han seguido goteando hasta el presente.

Como resultado de su salida de la serie los guionistas de House of Cards tuvieron que reescribir los guiones y reducir sus capítulos, dando total protagonismo en la última temporada, la sexta, a la actriz Robin Wright. Por todos estos perjuicios se llevó al actor a los tribunales. La productora alegó que Spacey no había prestado sus servicios “de manera profesional ni siendo acorde con las políticas de comportamiento”. A pesar de las varias denuncias que recibió en Estados Unidos por delitos sexuales, solo dos llegaron hasta los tribunales pero no progresaron.