HBO y su plataforma, HBO Max, sigue siendo la reina de la televisión, al menos para los Emmy. Succession, la saga de la familia Roy, ha vuelto a alzarse en la 74ª edición de los galardones este lunes con el galardón a la mejor serie dramática que ya recogió en 2020 y The White Lotus, la creación en pandemia de Mike White, con el de mejor miniserie.

Esos dos galardones se ampliaron a guión en el caso de Succession y guión y dirección en el The White Lotus. Y tanto esos como el de Ted Lasso como mejor serie de comedia (por segundo año consecutivo, y también con la dirección reconocida) reconfirman que es difícil hacerse rico en los Emmy si se sale de las apuestas dominantes en las quinielas. Porque eran las tres propuestas con más nominaciones, y se han puesto la esperada corona en el retorno de los Emmy al teatro Microsoft de Los Ángeles.

Quizá lo único que no se podía esperar es el comentario que hizo el creador de Succession, Jesse Armstrong, al recibir el premio gordo: “Gran semana para las sucesiones en el Reino Unido. Evidentemente, un poco más de votación involucrada en nuestra victoria que con el príncipe Carlos. No digo que seamos más legítimos, eso se lo dejo a otra gente. Increíblemente honrados de tener este honor”.

Pese a esos y otros muchos premios que parecían cantados, los Emmy dejaron también hueco para triunfos inesperados, o para reconocimientos que subrayan la evolución de la televisión. Porque este lunes dos premios para El juego del calamar han subrayado, como ya hicieron los Óscar con Parásitos, la apertura de un mercado tan dominante como el estadounidense (y de su público) a talentos de más allá de sus fronteras.

Lee Jung-jae se ha convertido en el primer actor asiático con un Emmy como protagonista, y el primero premiado por un trabajo no realizado en inglés. Y al recoger su galardón el director Hwang Dong-hyuk dijo: “Hemos hecho historia juntos y espero que no sea la última serie extranjera nominada”. En una gala donde dos de los primeros chistes del cómico de SNL y presentador Kenan Thompson fueron dardos envenenados a la situación de Netflix, que por primera vez en una década ha perdido suscriptores, ha firmado cientos de despidos y busca cómo recortar gastos, los dos premios para la serie surcoreana quizá hayan servido a Ted Sarandos, el pope de la plataforma, para reír, si no mejor, al menos el último.

Estos Emmy tuvieron también una combinación de nombres ya conocidos en su historial, debutantes y buenas dosis de diversidad. Repitieron, por ejemplo, Jason Sudeikis y Jean Smart como intérpretes protagonistas de comedia por sus trabajos respectivos en Ted Lasso y Hacks. Zendaya, con su segundo por Euphoria, se ha convertido en la intérprete más joven en ganar dos Emmy y en la primera actriz no blanca con dos estatuillas. Y Julia Garner por tercera vez se ha llevado el premio como actriz de reparto de serie dramática por Ozark.

Pero nunca hasta este lunes había sido reconocida una veterana indispensable como Jennifer Coolidge, la única de las intérpretes de The White Lotus que volverá para la segunda temporada y que ha sido premiada como actriz de reparto de comedia. Y deberían haber subido a un escenario a alguien cuya conocida maestría cómica se desplegó este lunes cuando se puso a bailar conforme intentaban ahogar su breve discurso con el volumen creciente de la música.

Nunca antes había sido premiada tampoco Sheryl Lee Ralph, actriz de reparto en otra de las triunfadoras de la noche, la comedia Abbott Elementary (por cuyo guión en categoría de comedia fue premiada también Quinta Brunson). Y la intérprete, solo la segunda mujer negra reconocida en la categoría en 74 años de historia, dejó un discurso memorable, en el que llamó a nunca dejar de creer en uno mismo y en los sueños.

Era una intervención adecuada para una noche donde el premio especial se le daba al instituto creado por Geena Davis para fomentar la diversidad de género y la inclusión en la industria, o en la que la cantante Lizzo recogía un premio en categoría de concurso por Watch out for the big Grrrls. La Academia también reconoció Rothaniel, de Jerrod Carmichael, un especial de HBO donde el cómico negro habló por primera vez públicamente de su homosexualidad.