La Opinión de A Coruña

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O Grove presume de Scholz

La reunión entre el alcalde meco y el líder europeo sirvió para recordar cuando los germanos visitaban en masa la villa meca | José Cacabelos fue invitado por el presidente de España

José Cacabelos y el canciller alemán Olaf Scholz.

La cumbre hispano-alemana de A Coruña tuvo como protagonista inesperado al alcalde de O Grove, el socialista José Antonio Cacabelos Rico. Muchos se preguntaban por qué no presidió el pleno extraordinario que se celebraba anoche en su localidad, a pesar de tratarse de la aprobación del presupuesto municipal, de 12 millones de euros. Inicialmente se dijo, simplemente, que se ausentó por “cuestiones de agenda”. Y parece justificada esa ausencia, ya que iba a reunirse con el canciller alemán, Olaf Scholz, y el presidente de España, Pedro Sánchez.

El alcalde muestra al canciller el cuadro que le regaló, obra del artista Carlos Álvarez.

¿Pero, qué pintaba el alcalde meco en todo esto? Su misión era la de ayudar al alto mandatario germano a recordar viejos tiempos y disfrutar de una conversación entretenida y agradable. Y es que, en diferentes reuniones mantenidas con el Gobierno de España, Olaf Scholz había recordado con nostalgia que, de joven, había pasado un verano estudiando español en un pueblo de la costa; un pequeño lugar al que había acudido con un grupo de jóvenes matriculados en una conocida academia. Era el concello de O Grove.

El momento en que Olaf Scholz fue obsequiado con una réplica de la escultura de la familia marinera.

Lo que sucedió fue que, después de escuchar a Olaf Scholz hablar tanto de O Grove, al equipo de asesores y de protocolo de Pedro Sánchez, así como al propio presidente, se les ocurrió invitar a José Cacabelos como representante del pueblo meco para que acudiera a la cumbre. Más concretamente, para que asistiera al acto de despedida y cena de gala.

Durante la charla entre Olaf Scholz, Pedro Sánchez y Cacabelos no faltaron las risas ni los gestos de complicidad.

Fue en ese foro donde pudo conversar largo y tendido con el canciller alemán y con el propio Pedro Sánchez, entregándoles sendos cuadros elaborados expresamente para la ocasión por el artista local Carlos Álvarez, capaz de plasmar como pocos la belleza del paisaje de la costa y su emblemática isla de A Toxa. Entre bromas y risas, Cacabelos entregó al germano una pequeña escultura que replica el monumento a la familia marinera y mariscadora que puede verse en el centro de la zona portuaria de O Corgo.

Conocida la vinculación del canciller alemán Olaf Scholz con O Grove, los vecinos de esta localidad pontevedresa sacaron a relucir el conocido “orgullo meco” para recordar la estrecha vinculación entre su pueblo y el país germano. De este modo, salieron a relucir testimonios de ciudadanos que fueron profesores del canciller en la desaparecida academia Atlántica, que fue uno de sus alumnos en los años ochenta. Otros ciudadanos contaron cómo los estudiantes alemanes tomaban el pueblo cada verano, recordando que iban a la plaza de abastos y hablaban en su propio idioma con algunas pescantinas mecas que lo conocían bien, pues algunas habían sido emigrantes en el pasado. Otros grovenses recordaban que hay ciudadanos de este pueblo viviendo en Alemania porque sus parejas son de allí, al igual que hay germanos en la villa por la misma razón.

Tras reunirse con el canciller alemán, el alcalde José Cacabelos Rico destacó que resultaría interesante para su pueblo no solo recibir la visita de tan ilustre invitado, sino también recuperar el turismo alemán que antaño tanto se hizo notar en esta villa. Lo cree una buena idea para seguir apostando por el desarrollo de su localidad, la cual, si bien no puede competir en horas de sol con otros destinos elegidos por los germanos, sobre todo en el Mediterráneo, sí tiene mucho que ofrecerles y con lo que diferenciarse.

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