El diseñador gallego Roberto Verino sigue ampliando sus tiendas por toda España y está dispuesto a demostrar que es un auténtico profesional del sector del diseño.

¿Cree que la moda ha bajado un poco del olimpo para acercarse más a la vida cotidiana?

No soy de los que piensa que si lo que hacemos no sintoniza con el consumidor mal trabajo hemos hecho. Para estar en los museos no trabajamos; trabajamos para estar en la calle, para que los hombres y mujeres estén guapos y demos solución a las necesidades de cada día. Los desfiles que hago ahora en un 95 por ciento son muy llevables. No disfrazo a nadie y estoy superconvencido de ello.

¿El nivel de la moda española donde está en relación con lo que se hace por el mundo?

Nosotros formamos parte de un grupo selecto de cinco países que dominan la moda en el mundo.

Llevamos en el quinto puesto tiempo y si bien no hemos sido capaces de dar un salto para avanzar tampoco lo hemos perdido pese a la situación de crisis. Italia, Francia, EE UU, Inglaterra y después estamos nosotros. Pese a la crisis hemos ido mejorando para ser capaces de dar el salto. No puede ser que solo seamos conocidos por los éxitos deportivos. Tenemos que creérnoslo y tener confianza en nosotros mismos para seguir trabajando porque no hay nada gratuito.

¿Hay hueco para Zara y también para la alta costura?

La alta costura es más un ensayo, como ocurre con la Formula I para el sector del automóvil. Se evidencian las potencialidades que tiene cada uno e intentamos generar emociones, sorprender y seducir, pero el día a día te exige ser consecuente y poder hacer feliz a la gente con algo que le haga sentirse diferente. El low cost es lo que no te identifica con nadie. Hay un largo camino por recorrer entre la alta costura, casi desaparecida, y el low cost; hay algo intermedio y ese es nuestro papel, llevar las ventajas de la alta costura a la realidad del día a día.

¿Aunque suene a tópico, cree que la moda es marca España?

La moda española tiene mucho que decir sobre la marca España y no solo en la parte textil; en el tema del calzado hemos visto un repliegue, pero hoy está demostrando que hay muchos profesionales y mucha capacidad de poder salir adelante con calidad y diseño, y con el trabajo bien hecho. Nos hemos reforzado y vamos a salir con más ventaja.

Ha estado en 58 de las 60 ediciones de la Pasarela Cibeles, ahora MBFW, a lo largo de 30 años. ¿Cómo ha cambiado no solo la moda sino el negocio?

Soy el que más veces ha desfilado, así 30 años. Sabe más el demonio por viejo que por demonio... así que voy juntando experiencias con la voluntad de seguir creyendo y hacer que la ilusión siga funcionando como si fuera una persona muy joven, porque yo me siento muy joven. Lo que más ha cambiado son los consumidores y, en este caso, las mujeres son las que más han conseguido para evidenciar el cambio. Las mujeres, cuando yo empezaba, eran dependientes del gusto y del dinero de su esposo o acompañante. Hoy hay libertad de recursos y de criterios. El cambio sustantivo lo ha generado el consumidor, la mujer sobre todo porque el camino del hombre no ha hecho más que empezar. El hombre cree que cambiando de corbata ha cambiado su uniforme. Estamos en pañales aun.

¿A la mujer se le exige tener buen físico más que al hombre?

Ya no. Ahora os habéis puesto en vuestro papel para decir a los hombres que o se cuidan o no se comen una rosca.