Cientos de personas pasaron de la felicidad al pánico en cuestión de segundos. Los asistentes a la fiesta dejaron de escuchar la música y empezaron a gritar y huir del lugar tras ser perseguidos por disparos.
“Fuimos alertados por una 'sirena roja'. Se produjo el caos, especialmente cuando los vehículos intentaban salir. Luego comenzaron los disparos y comenzamos a correr. Todavía estamos escondidos y esperando el rescate”, relata Daniel, uno de los presentes.