Esta vez, seis de los muertos son extranjeros. Los trabajadores del hospital comprendieron la fuerza que tendría ese detalle y rápidamente mostraron sus pasaportes a los medios. No se equivocaban, seis cadáveres han conseguido lo que 33.000 muertos no han podido en estos seis meses de invasión: una cascada de disculpas y ahora también esta promesa de eficacia en la investigación.