De un grupo de cuatro jóvenes, por estadística tres se han sentido solos en algún momento y uno de ellos se encuentra así actualmente. Las cifras son tan abrumadoras que sentirse acompañado ahora parece casi un privilegio. La soledad se ha convertido en un enemigo silencioso para los jóvenes, más presente en ellas que en ellos, y la situación empeora considerablemente cuando se sufre ansiedad, depresión baja autoestima o pensamientos suicidas, entre otros factores. La falta de amigos es un factor crucial, por encima incluso de las relaciones familiares. Es importante no rendirse a la hora de buscar esos vínculos, porque los amigos pueden ser un gran antídoto contra una soledad que cada vez envenena a más jóvenes.