Flechas en el pavimento

Publicada en un diario local, una foto del pavimento de la AC-14 (Tercera Ronda) donde esta se bifurca a Cuatro Caminos/Riazor, me recordó la desagradable sensación que sentí la primera vez que entré en A Coruña por dicha vía. Atendiendo a los carteles informativos de orientación, me coloco en el ramal que lleva a Cuatro Caminos, es decir, el de la izquierda. De pronto me encuentro en un vial que discurre en curva a la derecha, y una sucesión de flechas de selección de carriles que me indican que gire a la izquierda. Extremo mi atención, a ver dónde está el desvío, pero este no aparece. Me pellizco, por si estoy soñando, pero no. Pronto desemboco en Salgado Torres, por lo que no me fue difícil colegir que había realizado un itinerario correcto. Así que quedo cavilando cuál será, entonces, la finalidad de esa señalización. Y, sinceramente, mis cortas entendederas no hallaron respuesta, a no ser -pensé- que se trate de una de esas brillantes ideas a las que nos tienen acostumbrados los técnicos de tráfico, como el diseño de carriles circulares en las glorietas, o algunos limites de velocidad increíbles, como el de 80 al inicio de la propia AC-14, a la altura del cuartel de la Guardia Civil, que ni siquiera la posible estrechez de los carriles lo justifica, máxime cuando más adelante, donde precisamente empiezan los trenzados, el límite se eleva a 100, que es mucho más creíble. ¿Lo entienden? Yo, no.