Cuando la Banda Municipal de Música recibe al toro a golpe de trompeta, los aficionados saben que el espectáculo está a punto de comenzar. En el Ayuntamiento coruñés pasa algo parecido: cada vez que el concejal de Fiestas, Carlos González-Garcés, habla de la feria taurina, las alarmas se encienden en el BNG, el blanco de sus críticas por ser contrarios a que el PSOE subvencione con fondos locales las corridas del Coliseum. Los nacionalistas recomendaron ayer a Garcés que, en vez de atacarlos, se preocupe más por ofrecer un mejor programa de fiestas.

PSOE y BNG han tratado desde hace dos años, desde que forman coalición de gobierno, que las disputas sobre cómo gestionar las políticas locales no salgan de los despachos de las concejalías. Pero la feria taurina traspasa las paredes de María Pita y su debate llega a la calle. Desde las elecciones de 2007, cuando Garcés perdió el control de las actividades culturales, que ahora dependen de la concejal del Bloque María Xosé Bravo, y desde que su departamento se circunscribe sólo a Educación y Fiestas, el concejal socialista cornea, de vez en cuando, a los socios de gobierno. "Los que critican los toros son las mismas personas que pretenden imponer un solo idioma y que no comprenden que los ciudadanos tenemos el derecho a asistir a los toros, igual que tenemos el derecho a decir que nacimos en La Coruña; a esta gente no le gustan las corridas de toros porque en todas las plazas está la bandera de España", espetó Garcés el martes en la presentación del pregón de la feria. También acusó a los nacionalistas de "antidemocráticos". No por ser conocidas, sus palabras no dejan de causar malestar en la formación nacionalista. La responsable de Juventud y Normalización Lingüística, Ermitas Valencia, fue la primera en contestar al concejal socialista: "Lo que tiene que hacer el señor Garcés es preocuparse de las fiestas, ya que la impresión de la gente no es muy positiva al respecto; debería centrarse en ello, que es su responsabilidad", respondió Valencia al responsable de Fiestas.

La edil aprovechó para avivar una segunda polémica, que reabrió Garcés: el uso del gallego en la Administración. "Otra de las cosas que debería hacer es cumplir la ley de normalización lingüística, ya que la incumple constantemente, algo que también debería hacer el PSOE", añadió Valencia.

El concejal de Rehabilitación, Mario López Rico (BNG), también salió al paso de las críticas de Garcés, aunque con más ironía y calificando las palabras de su compañero de gobierno, que no de partido, como una "anécdota" en un "ambiente festivo". "Es muy simpático, es conocido por las gracias que hace. Cada uno puede decir lo que le dé la gana. Ejerce de manera más personal, cada uno se retracta con lo que hace", aseveró López Rico. El responsable de Rehabilitación nunca estuvo en una corrida, se define como antitaurino y sólo vivió una vez el ambiente de la feria, cuando estuvo con unos amigos en las inmediaciones de la Maestranza de Sevilla: "Nos lo pasamos de maravilla, bebiendo unas manzanillas, pero no existe ese ambiente en A Coruña". López Rico insistió en que las declaraciones de Garcés no son el espejo en el que se debe mirar la relación política entre socialistas y nacionalistas.

El grupo local del BNG está en contra de los toros y, por extensión, de la subvención que el Concello otorga para la celebración de la feria. En 2008, la ayuda fue de 120.000 euros; este año, de 130.000; una cantidad que ya está comprometida para 2010. Las subvenciones proceden del Instituto Municipal Coruña Espectáculos (IMCE), donde González-Garcés es el presidente y María Xosé Bravo, la vicepresidenta. A diferencia de los plenos municipales, donde BNG y PSOE cumplen a rajatabla la disciplina de voto, en la aprobación de la subvención para los toros, hubo discrepancias: el sí de Garcés y el no de Bravo.

La concejal de Cultura no se envalentona como Garcés y evita, siempre que puede, el enfrentamiento verbal por este asunto. Sin embargo, sí es protagonista en actos que espolean a Garcés y a los amantes del coso. El departamento de Bravo colaboró este año para que la ciudad acogiese en junio el II Seminario para la Abolición de la Tauromaquia. Bravo estuvo en la jornada inaugural en la que, entre otros, participó el diputado nacionalista Bieito Lobeira, quien definió las corridas como una "imposición cultural" donde el toro es "un icono de españolidad" para "desgaleguizar a la sociedad y españolizarla".

En público, durante estos dos años de legislatura, son más quienes han defendido en público a Garcés que a Bravo. Con la llegada de las fiestas, los amantes de los toros elevan la voz más que nunca para que las corridas no abandonen el Coliseum. En 2008, en pleno apogeo de la polémica, la peña taurina coruñesa no se dejó poner las banderillas y arremetió contra Bravo: "La concejal de Cultura no tiene ni idea de lo que es la cultura. Tiene una cultura muy particular, antitaurina, pero en la ciudad hay toros desde hace más de doscientos años".

El director de la empresa encargada del evento de la feria taurina de A Coruña, José Álvarez, echó ayer otro capote al concejal socialista y una nueva estocada a los ediles del Bloque: "Las palabras de Carlos González-Garcés reflejan la presión que tuvo que soportar. Ha hecho muchas cosas buenas por la ciudad aunque haya una minoría que no lo comprenda".