-Pide al Concello que deje la estatua de Millán Astray.

-Lo que trata de prohibir y apartar esta ley no queda incluido en la ley de memoria histórica; la estatua, si bien se erigió en 1970, fue para honrar al fundador de la Legión española. No creemos que el Ayuntamiento le haya dado la tramitación legalmente obligada, se ha dado una solución y una tramitación política. No se nos dio voz y nuestros escritos ni siquiera fueron tramitados y nunca obtuvieron respuesta por parte de la Administración.

-La aplicación de la ley se hizo a partir de un estudio de un grupo de expertos.

-¿Expertos? Politizados al máximo. Algunos de estos señores, unos muy respetables, otros no tanto, fueron elegidos por su tendencia política; no buscaron disparidad y contaron con una retribución, no sabemos cuál. Es posible que el precio de su actuación fuese muy brillante y sabroso. La ley dice que los peritos no han de tener una amistad íntima ni una enemistad manifiesta y, en este caso, ya estaba marcada su enemistad hacia estos símbolos. Nosotros ya no usamos la terminología derecha e izquierda, en cambio, a ellos no se les cae de la boca.

-¿Estaría de acuerdo con la retirada de la estatua de la calle y su exposición en un museo?

-No es la solución. El capricho de una facción se impone a una realidad que ya estaba ahí desde hace mucho tiempo y que debe ser mantenida. Yo me la traería a mi jardín y estaría orgulloso de tenerla, pero no es cuestión de eso. Es ya un símbolo, porque se le pretenden también quitar los honores que le fueron concedidos mucho antes de la Guerra Civil. El Ayuntamiento no ha buscado la concordia, ha actuado por razones políticas poco espontáneas; hoy la política es estar en el poder y, si para ello tienes que aliarte con quien sea, te alías, pero te exigen porque tienen un sentido destructivo de muchas cosas y creador de ninguna; así que los que ostentan y detentan el poder tienen que estar a lo que les piden.

-¿Defiende la ley?

-Mi opinión no importa. Hay partes que no considero adaptadas a la realidad.

-¿Culpa al BNG?

-No me interesa la política, pero tengo mis valores y mi amor a España, esa palabra que no se puede ni pronunciar. Habíamos vencido ya esa etapa.

-Los hay que no la han superado todavía.

-Es como quien tiene una llaga y necesita estimularla. Quien tenga resentimientos que viva con ellos y los cultive.

-¿Y si piensan que andando en la llaga la van a curar?

-Si pueden más porque tienen en este momento el poder o porque se extralimitan, pues muy bien. Yo expongo mis ideas.

-Si retiran la estatua, ¿se movilizarán?

-Esa palabra es de extremistas; no necesitamos movilizarnos porque creemos en el derecho y eso no implica salir a la calle en farándula o para romper cosas. Tampoco pensamos desistir. Si la quitan será la primera adversidad, pero habrá que luchar. Si nos diésemos por derrotados, poca convicción tendríamos en nuestros derechos.

-Su argumento de defensa es el mismo que el de los que quieren quitar la estatua. -

Es la confrontación. Lo que queremos es que se apliquen las leyes como deben aplicarse y no por la bicoca de la mayoría o por un poder que llega por un pacto.