Un cartel advierte desde hace tres semanas a los conductores de las características del camino de Vidreiro, situado en la parroquia eumesa de Andrade, al que califican de "dificultad alta" con un recorrido de tiempo inestimable debido a la cantidad de baches y socavones que presenta la carretera.

Ya a finales del año 2007, la Asociación Veciñal e Cultural Mariano Ruiz de Andrade denunció el mal estado de conservación de este camino, próximo al polígono industrial que lleva el mismo nombre. El vial continúa hasta la nueva urbanización Costa Áncara y hasta la localidad de Perbes, en el municipio vecino de Miño.

Esta cercanía a la localidad miñense y a la urbanización promovida por Martinsa-Fadesa en el lugar es la razón por la que los vecinos consideran que el camino se encuentra deteriorado, ya que el paso de vehículos pesados fue continuo durante meses, además del tránsito habitual hacia el polígono de Pontedeume.

El propietario de una casa en el camino de Vidreiro, Ramón Tenreiro, explica que el acceso a las viviendas es cada vez más complicado debido a la cantidad de baches y maleza que decoran este vial. "Los vecinos estamos hartos de esta situación" denuncia Tenreiro, que asegura que el sentimiento de abandono por parte del Concello es generalizado entre los afectados por el mal estado de la carretera.

"El Ayuntamiento responsabiliza a Fadesa de la situación y la constructora pasa la pelota al tejado de la Administración eumesa" explica Ramón Tenreiro, harto de que "nadie haga nada".

Este vecino recuerda que en el mes de julio del año pasado se reunió con el concejal de Obras y Servicios Municipales, Javier Crespo, para exigir que el Concello tomase medidas para mejorar el estado del vial. "Volcaron allí unos camiones de gravilla pero fue una solución momentánea, ya que con las lluvias el camino volvió a ser intransitable" apunta.

La llegada del otoño (y con él, el agua) provoca un aumento en la preocupación de los usuarios de este vial que, aseguran, que se complicará "aun más" la circulación de los vehículos, que ya sufren las consecuencias de su mal estado.

Otra de las quejas que lanzan los vecinos es la ausencia de cunetas y el aumento continuo de la maleza. "Llegará un día en el que no podremos pasar a nuestras casas en coche" lamenta la hija de Ramón Tenreiro, Ana.

Desde el Gobierno local lanzan un mensaje de tranquilidad y aseguran que las obras de mejora de la zona comenzarán "de inmediato".

Así lo afirma el concejal de Obras, Javier Crespo, que cuenta que esta actuación forma parte del Plan de Obras de 2009 y que fue adjudicada a la empresa Tunor, con un presupuesto que ronda los 50.000 euros. "Hoy mismo (por el lunes) visitaron la zona varios técnicos municipales para analizar la situación de la zona" y tras lo cual, manifiesta, las obras empezarán "ya".

Esta actuación incluye la pavimentación de aglomerado, el desbroce de las cunetas y la limpieza de los márgenes de la carretera.

El concejal destaca que el retraso en el arreglo se debió a que existía un compromiso por parte de la constructora Martinsa-Fadesa para arreglar el camino, debido a que su deterioro está motivado, en gran parte, por el tránsito de vehículos pesados para la construcción de la urbanización Costa Áncara, en el municipio de Miño. Por esta razón, esta actuación no fue incluida en el Plan de Obras del año 2008 y Fadesa finalmente no cumplió con el compromiso adquirido. Los perjudicados: los vecinos.