La demora en la entrega de las viviendas protegidas del barrio de Eirís motivó ayer la petición del alcalde, Javier Losada, a la Xunta para que haga efectiva esta operación. El regidor informó de que los pisos, situados en la calle Oleoducto, ya están terminados y que mientras no se adjudican a las personas que los ocuparán, el Ayuntamiento debe abonar los alquileres de las viviendas en las que residen las personas que fueron expropiadas para la construcción del parque de Eirís.

El Gobierno autonómico preveía entregar las viviendas de esta promoción a principios de este año, ya que eran los edificios que se encontraban más avanzados, frente a los que se construyen en Novo Mesoiro, donde también se construyen pisos de protección autonómica.

Además de los realojados por las expropiaciones efectuadas en el parque de Eirís, estas viviendas estaban destinadas inicialmente a acoger a los pobladores del asentamiento chabolista de Penamoa. La divulgación de esta iniciativa generó el rechazo tanto en este barrio como en el de Novo Mesoiro, donde los vecinos se opusieron a que los bloques construidos por la Xunta se convirtieran en lo que calificaron como nuevos guetos.

Las protestas ciudadanas movieron al Ayuntamiento y al Gobierno autonómico a buscar una solución diferente, por lo que los chabolistas que han abandonado el poblado han sido distribuidos por diferentes lugares de la ciudad y de otros municipios, mientras las viviendas protegidas continúan desocupadas.