-¿Cuál es la principal dificultad para luchar contra los delitos telemáticos?

-La falta de leyes, porque además las existentes son de los estados y no de la sociedad global. Las leyes e instrumentos de aplicación internacional actuales no permiten ser eficientes en la lucha contra la delincuencia informática.

-¿Qué papel juega la cooperación internacional?

-Es muy importante, porque además los instrumentos de cooperación internacional, tanto judiciales como policiales, son excesivamente burocráticos. Cuando hoy con un clic mandamos un mensaje al otro rincón del mundo, los procedimientos existentes no son capaces de utilizar las posibilidades que permiten las nuevas tecnologías.

-¿En los delitos telemáticos también hay países remisos a colaborar, como sucede en otro tipo de delincuencia?

-Hay paraísos informáticos en los que la legislación ampara a estos delincuentes para que tengan la mayor impunidad posible. No quiero mencionar a ninguno de ellos, pero lamentablemente hay muchos, tanto países desarrollados como subdesarrollados.

-¿Qué se puede hacer ante esas dificultades?

-Esfuerzos legislativos supranacionales que promuevan convenios de adhesión de todos los países. La Unión Europea es un marco de referencia, aunque pequeño a mi entender. Tendría que haber un órgano internacional que aglutinase a todos los países y marcara las directrices para que a partir de ahí cada país adaptara su legislación a ellas, tanto en los tipos penales en los procedimientos de investigación y en el terreno normativo, porque si no esto es un territorio para la impunidad.

-¿Hay conciencia de la importancia de estos delitos?

-La sociedad está alarmada con algunos delitos, pero de otros ni se preocupa. Para todo hay un umbral de tolerancia y llegará un momento que el que se tiene para la seguridad en internet llegará al límite de que se genere la opinión de que hay que ordenar este sector, aunque quizás en ese momento sea demasiado tarde. Todo el mundo conoce a alguien a quien le han quitado dinero del banco por internet, al que le estafaron en el comercio electrónico o que ha recibido mensajes de pornografía infantil, pero hay un nivel de seguridad que refleja tolerancia hacia estos delitos. Cuando llegue un momento en que no aguantemos más, la gente demandará que se haga algo.

-¿Puede venir esa tolerancia del miedo de muchos a una excesiva regulación de internet?

-Una de las ponencias de estas jornadas aborda esta cuestión porque la seguridad y la libertad son los dos platos de la balanza en internet, cuando también se puede tener mucha seguridad y mucha libertad, como pasa en la sociedad real. En internet no hay este equilibrio pero se puede dar perfectamente.

-¿No sorprende lo simples que son algunos fraudes por internet?

-Cada vez son más elaborados e inducen más al engaño. Es cierto que los hay burdos, pero son en los que menos gente pica.

-¿Cómo pueden los padres prevenir sobre los peligros de la Red cuando sus hijos tienen más conocimientos informáticos?

-Los niños no son tan ingenuos como creemos. En el mundo real, los padres intentan alertarles de los peligros de la droga y dónde se la pueden ofrecer, pero también les dan un mensaje genérico, de forma que van a saber que hay otras vías de acceder a ella. Con internet es posible que los padres no conozcan todos los riesgos y les advertirán de que tengan cuidado con el Messenger por ejemplo, pero luego ellos verán que también tendrán que tenerlo con otras redes sociales.