El juzgado de Instrucción número 3 de A Coruña investiga las circunstancias en las que se produjo ayer el fallecimiento de un niño de 3 años en la piscina del colegio Liceo La Paz mientras asistía a una clase de natación perteneciente a la asignatura de Educación Física.

Los trabajadores que se encontraban con los alumnos prestaron ayer mismo declaración sobre los hechos, mientras que la Policía Judicial inspeccionó el lugar para tratar de averiguar las causas del suceso.

El cuerpo del pequeño fue trasladado al Hospital Universitario después de que la juez ordenase el levantamiento del cadáver, con el fin de practicarle la autopsia, ya que personal del centro educativo sospecha que el alumno sufrió algún tipo de indisposición mientras se encontraba en el agua y todavía no se ha verificado que la muerte se produjera por ahogamiento.

Una forense del Instituto de Medicina Legal de Galicia examinó el cuerpo en esa misma mañana en el hospital y elaboró el informe sobre las causas del fallecimiento, que por el momento no se han hecho públicas.

Los responsables del colegio calificaron lo sucedido de "incidente" y evitaron hablar de un accidente al desconocerse las razones que motivaron la muerte del niño, según manifestaron al proporcionar un escueto comunicado en el que no se facilita ningún dato acerca del acontecimiento, lo que justificaron como una exigencia de las autoridades judiciales.

El centro tan sólo detalló que la piscina cuenta con todas las medidas de seguridad exigidas por la legislación y que en el momento del suceso había tres monitores titulados para esta actividad con los niños, aunque en otros momentos llega a haber cuatro.

El Liceo no informó sin embargo sobre cuántos estudiantes se hallaban en ese momento en la instalación, con el fin de establecer una relación entre el número de niños y el del personal que se encargaba de su vigilancia.

El servicio de emergencias 061-Galicia recibió el aviso a las 10.40 horas y se presentó con una ambulancia medicalizada en el Liceo tan sólo siete minutos más tarde. El equipo médico comprobó que el niño se encontraba inconsciente y llevó a cabo técnicas de reanimación cardiopulmonar durante cuarenta minutos, pese a lo cual fue imposible que recuperase la respiración.

En ese momento se notificó el suceso al juzgado, cuya titular se personó de inmediato para hacerse cargo del caso. Un vehículo de la funeraria Servisa llegó al colegio al mediodía y media hora más tarde trasladaba el cadáver al hospital público coruñés, después de recibir la autorización de la juez.

Pese a la cautela mostrada por los responsables del centro, a las 13.00 horas, cuando se produjo la salida del turno de mañana de los alumnos de Infantil y Primaria, eran ya muchos los padres que conocían la noticia y que se encontraban conmocionados ante la forma en la que se había producido el fallecimiento del pequeño. La presencia en la entrada del colegio de agentes del Cuerpo Nacional de Policía para auxiliar al personal del juzgado no hizo más que contribuir a que se propagase el rumor y la desolación entre las familias que se acercaban al lugar.

A las 13.15 horas acudió al Liceo el padre del niño, que se encontraba en un estado de agitación nerviosa y sollozando. Tras ser informado por la dirección acerca de la tragedia, se dirigió hacia el Hospital Universitario, aunque en la entrada del colegio se cruzó con su hermano, también muy afectado emocionalmente, con quien se encaminó hacia el centro sanitario.

Desde pocos minutos después de ocurrir el suceso, el colegio comenzó a recibir llamadas de padres de alumnos que se interesaban por conocer la identidad del fallecido, aunque la dirección rehusó dar detalles y únicamente les comunicó que los padres de la víctima ya habían sido informados.

Cuando a las 14.00 horas se produjo la salida de los alumnos de Secundaria, la presencia de numerosos medios de comunicación a la entrada del colegio sorprendió a los estudiantes, aunque algunos de ellos ya se habían enterado de la noticia y la comentaban. Fue poco después cuando los responsables del centro se decidieron a hacer pública una nota informativa, en la que expresan el "gran disgusto" de la comunidad educativa del Liceo por el fallecimiento del pequeño y en la que manifiestan las "máximas condolencias" a los padres y otros familiares de la víctima.

A pesar de la conmoción que supuso la muerte del alumno, el colegio decidió mantener las actividades lectivas para no perjudicar a las familias, aunque suspendió la utilización de la piscina, en la que estaban programadas nuevas sesiones de natación para la tarde de ayer.

El alcalde, Javier Losada, se puso en contacto con la dirección del colegio en cuanto conoció el suceso, mientras que el concejal de Educación, Carlos González-Garcés, y el responsable del área educativa del Ayuntamiento, Fernando Pariente, se desplazaron al lugar para interesarse por las circunstancias del acontecimiento.

También acudió al centro ya por la mañana una inspectora de la Delegación Provincial de la Consellería de Educación para abrir un informe sobre el caso, mientras que por la tarde se presentaron el delegado, José Manuel Mouriz; la directora xeral de Ordenación Educativa, María José Pérez ,y el subdirector xeral de Centros, Juan Carlos Encisa.

Mouriz declaró que se desconoce si el pequeño murió ahogado, ya que en ese momento había niños dentro y fuera del agua. El delegado de Educación se puso a disposición del centro para proporcionales la ayuda necesaria y confirmó la apertura de un expediente sobre el suceso.

La conselleira de Educación en funciones, Laura Sánchez Piñón, anunció que visitará hoy el colegio, ya que ayer se encontraba en Madrid, y que se reunirá con la familia del fallecido y con los responsables del centro escolar, en una visita que se ha calificado de "privada".