Las matemáticas no siempre funcionan en el mundo del turismo. En plena crisis económica, lo lógico sería que los visitantes dejasen de reservar en los hoteles de gran categoría y buscasen establecimientos más asequibles para unos bolsillos menos repletos de monedas. Pero esta hipótesis, según Héctor Cañete, presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de A Coruña, no se ha cumplido. ¿Por qué? Porque los hoteles de más estrellas realizan ofertas económicas "muy buenas" con las que los cámpings y los hostales de la ciudad y su entorno apenas pueden competir.

-Los cámpings de la comarca aseguran que mantienen el número de clientes de años anteriores en sus instalaciones. ¿Por qué no aumentaron su ocupación con la crisis?

-Siempre hacemos unos cálculos que luego no se cumplen. Lo que ha ocurrido con el hospedaje es que las grandes cadenas hoteleras, de tres, cuatro y cinco estrellas nacionales, han bajado mucho los precios. Las camas salen alrededor de 55 y 60 euros por noche en un cuatro estrellas.

-Vamos, que los pequeños empresarios no pueden competir con los grandes.

-Exacto, el empresario del pequeño hotel de la ciudad no puede competir con las grandes cadenas, que pueden perder en A Coruña y ganar en otras partes. Entre un hostal y un hotel de cuatro estrellas, la diferencia es de cinco o diez euros.

-¿La variedad de las ofertas es mayor por culpa de la situación económica actual? ¿Cómo se las ingenian los establecimientos de hospedaje para atraer a los turistas y aguantar la crisis?

-Hay ofertas muy buenas, pero que muy buenas a última hora. Todo el mundo ha reservado en el último momento y ha generado que cada vez haya más ofertas: además de las ofertas de lanzamiento que ya existían antes, al entrar con tanto retraso las reservas, todavía se ofrecen más descuentos.

-¿Existe entonces un turista tipo que visita la ciudad o es más bien heterogéneo?

-Pensamos que habría una demanda en la utilización del cámping, pero no ha sido así. En nuestra comarca se dan casos muy variados: algunas personas que querían ir de cámping ya no van porque económicamente no pueden; otros que iban de hotel y se han marchado al cámping; y otros sí han ido hacia el hotel. Los turistas se han redistribuido, no hay más visitantes que otros años.

-¿Han notado en la asociación un descenso en el nivel de ingresos en los negocios durante el mes de julio?

-Hasta que hagamos cierre trimestral (que se produce en el mes de septiembre) no tenemos cifras reales, salvo las estimaciones de la gente de la asociación. ¿Y qué decimos todos? Que julio ha sido malo, muy malo por tres cosas: la crisis, el mal tiempo y que se contrató a personal a mayores para atender las terrazas y luego los turistas no vinieron. No es sólo que el hostelero no ha ganado más, sino que incluso ha perdido.

-¿Y las sensaciones en agosto?

-Los primeros quince días fueron buenos, pero a partir del pasado fin de semana A Coruña se paró de golpe: si uno se asoma a las diez de la noche a la calle parece diciembre, es que no hay nadie. Estaba la calle desierta, no pasaba ni un coche. Se acabó el verano.