Diversas asociaciones vecinales y colectivos como "Arquitectos sen Fronteiras" se han unido para expresar su disconformidad con el PGOM, reivindicar el "derecho a la ciudad" y exigir que se tenga en cuenta a la ciudadanía en la elaboración y aprobación del Plan de Ordenación Municipal.

Modelo productivo

El colectivo de arquitectos junto a otras asociaciones vecinales sostienen que el PGOM habla de un esquema insostenible e irreal laboralmente hablando, ya que se impone, según ellos, un elevado coste ambiental y de difícil consolidación económico-productiva.

En sus críticas también tiene cabida el Puerto Exterior, por la falta de un presupuesto "riguroso y realista" a cambio de un proceso especulativo de venta de muelles bloqueado por la explosión de la burbuja inmobialiaria.

Modelo urbano

Denuncian, además, la dependencia de las grandes zonas verdes nombradas en el Plan de los propios ayuntamientos limítrofes que ya manifestaron, en su día, su indisponibilidad. Aseguran que el principal elemento urbanizador del PGOM será el de la especulación con agentes privados, apoyando la dotación de servicios de comunicación a empresas privadas y un modelo de transporte sin avances en cuanto a solventar el problema de la saturación automovilística.

El ámbito rural es otra de sus reivindicaciones ya que, según explican, estas áreas no tendrán ninguna posibilidad de enriquecimiento. Ensalzan el valor cultural y ecológico de estos núcleos ignorados por el PGOM.