Desde que comenzó a gestarse el proyecto del nuevo plan general de la ciudad, el Gobierno local aseguró que una de sus características sería la participación de los colectivos sociales en su elaboración. Una vez que se presentó el documento inicial, los responsables municipales explicaron que el texto había incorporado numerosas sugerencias de los ciudadanos y que daba respuesta a los planteamientos de diferentes organizaciones.

Pero a pocos días para que se cierre el plazo de alegaciones al proyecto que se enviará por segunda vez a la Xunta, un grupo de catorce colectivos ha anunciado su rechazo al plan diseñado por Joan Busquets y promueve la presentación de alegaciones bajo la premisa de que no fueron "escuchados" y de que no tuvieron "oportunidad de opinar" sobre esta iniciativa.

Para estas agrupaciones, unidas bajo el lema Dereito á cidade y que ayer entregaron en bloque sus escritos de alegación en el registro municipal, el hecho de que el plan pudiese ser conocido por todos los ciudadanos no implica que haya sido participativo, ya que afirman durante los dos años en los que se ha tramitado el proyecto el Ayuntamiento "no creó ningún canal posible para el debate". En opinión de estas asociaciones y centros sociales, la alarma surgida en la ciudad por la exclusión de la ordenación de numerosos edificios es una consecuencia de esta política, ya que aseguran que cuestiones como ésta "no fueron debatidas ni informadas" y que existe un "desconocimiento general" entre los ciudadanos acerca de los objetivos del plan general.

Los promotores de estas alegaciones -entre los que figuran vecinos de Elviña y O Portiño, grupos de arquitectos, centros sociales alternativos, ecologistas y feministas- no se quedan en la mera protesta, sino que se ofrecen al Ayuntamiento para participar en reuniones de trabajo con el equipo redactor de la nueva normativa urbanística con el fin de presentar sus propuestas para la ciudad.