Cuanta menos anchura tenga el carril, más despacio circularán los conductores. Una ecuación sencilla que el Ministerio de Fomento quiere emplear en su proyecto de ampliación de Alfonso Molina, entre Ponte da Pedra y la autopista. El Gobierno pretende crear un cuarto carril en la principal vía de entrada y salida de la ciudad. La Demarcación de Carreteras en Galicia está a punto de terminar el estudio para remitírselo al Ayuntamiento y conocer su posición, y a Madrid para que el departamento de José Blanco dé su visto bueno. Los plazos de obra son una incógnita: dependerán de que se reserve dinero en próximos presupuestos estatales y, sobre todo, de la prioridad que los técnicos le concedan al ensanchamiento de esta avenida coruñesa.

Los carriles en dirección entrada y los carriles en sentido salida en la avenida de Alfonso Molina son en la actualidad de 3,5 metros, la anchura media que se emplea para una autovía o autopista. La avenida tendrá ocho carriles entre Ponte da Pedra y la AP-9, pero Carreteras reducirá el ancho de cada uno hasta los 3,25 metros, medida que ya se emplea en la avenida de A Pasaxe.

El objetivo de esta medida es conseguir que los conductores aminoren la velocidad en la avenida: está limitada a 80 kilómetros por hora en gran parte del trayecto, salvo en el tramo catalogado como urbano -entre el viaducto que conecta con Linares Rivas y los enlaces con la plaza de Cuatro Caminos-, que se reduce hasta los 50 kilómetros por hora.

El jefe del servicio de Planeamiento, Proyectos y Obras en la Demarcación de Carreteras en Galicia, Eduardo Toba, explicó que se ha optado por acortar la anchura de los carriles para que la vía sea "más cómoda" y acorde con su diseño. La sensación de un mayor estrechamiento también lleva a los conductores a reducir de manera instintiva la velocidad. "Cuando un carril es muy ancho, los vehículos tienen tendencia a correr más. Es un tramo muy corto, de cuatro kilómetros, donde no conviene ganar velocidad en exceso y ganar capacidad y facilidad de maniobra", sostiene Toba.

Buena parte de los vehículos se incorporan o salen de Alfonso Molina para enlazar con la AP-9 y, por extensión, también con la autovía de Madrid, la A-6. Sobre todo en la entrada a la ciudad, los conductores acceden a la avenida a gran velocidad, lo que la convierte en un punto conflictivo. "Va a permitir la descongestión de la entrada y la salida de la AP-9", asegura Toba.

Fomento adjudicó en octubre del año pasado, por un importe de 172.550 euros, la redacción del proyecto a Consulting e Ingeniería Internacional Sociedad Anónima (Ciisa), empresa coruñesa que ya ha participado con diferentes administraciones en obras y en estudios relacionados con las vías de comunicación y el tráfico en A Coruña. La compañía tenía cuatro meses para plasmar sobre el papel la ampliación de la avenida.

Demarcación de Carreteras garantiza que sólo faltan los "últimos retoques" para presentar la propuesta al Ministerio de Fomento y al Ayuntamiento, que debe emitir sus informes previos de carácter urbanístico y con quien también estará en contacto para que le conceda su visto bueno final.

Cuando ambas administraciones digan sí a la ampliación de Alfonso Molina empezará la última fase administrativa, con las expropiaciones -Fomento calcula que la superficie de terreno necesaria será relativamente pequeña y se centrará en la salida de la autopista- y con la licitación del proyecto.

La propuesta de Fomento no sólo supondrá desdoblar la avenida. También se prevé la construcción de un enlace de salida para acceder a la carretera de Eirís y de incorporación desde A Grela; la reforma de la glorieta de Matogrande situada bajo Alfonso Molina; la ampliación del puente a Pocomaco; la remodelación y construcción de dos pasarelas peatonales; el repintado de la señalización; la mejora del firme; la reordenación de los accesos a Pocomaco, los campus y la autopista; y la creación de vías de servicio en la conexión con la AP-9 para "evitar que el tráfico local interfiera negativamente con el de largo recorrido".

Sobre los plazos de ejecución, mejor no preguntar. Fuentes ministeriales destacan que la ampliación de Alfonso Molina dependerá de si los técnicos consideran que la obra es o no "urgente". Si los encargados de decidir sobre si el desdoblamiento es más o menos necesario son los mismos que en agosto dieron explicaciones sobre el estado de este proyecto, entonces la obra será de las primeras en ejecutarse. El pasado verano, Fomento admitió que ampliar la avenida era una prioridad para su departamento.

"Es una actuación prioritaria para la ciudad de A Coruña, dentro de las partidas presupuestarias destinadas a seguridad vial será priorizado en 2009 la redacción de dicho proyecto constructivo, que tras su aprobación dará paso a la licitación de las correspondientes obras", respondió el Gobierno a una pregunta escrita del PP en el Congreso. Sin embargo, en los Presupuestos Generales del Estado para este ejercicio no aparece ni un euro de los 4,7 millones que Fomento calcula que costará habilitar los cuarto carriles en Alfonso Molina.