El concejal de Fiestas, Carlos González-Garcés, es una vez más blanco de las críticas por su decisión de suprimir el Noroeste Pop Rock para reducir los gastos de las fiestas de agosto. Aduce como motivos su elevado coste y la coincidencia con un concierto del Xacobeo en Santa Cristina. A las críticas que le llegan desde un grupo en Facebook que ya supera las 3.000 adhesiones, se suman las de la concejal de Juventud, Ermitas Valencia.

–¿Cómo han sido las reacciones que han llegado a sus oídos tras su anuncio de que este año no habrá Noroeste Pop Rock?

–Como ya intenté explicar, me gusta ver la parte más positiva de las cosas, y eso es un poco mi obligación. Por lo tanto, para mí la noticia más trascendental es el concierto de Supertramp porque, después de dos años sin un recital de un gran grupo internacional, estoy muy contento de que venga una banda del renombre de Supertramp. Por ahora, las reacciones que he oído son muy positivas.

–Pero no puede negar que la decisión de suprimir el acto más masivo de las fiestas ha causado polémica.

–Estamos en un momento de crisis económica en todo el mundo, y por lo tanto hay restricciones que afectan a muchos aspectos de la vida. Pero como es comprensible, en unos deben repercutir más que en otros. El tener que adaptarse a una disminución del gasto en fiestas lo ha entendido todo el mundo y, si hay que reducir el gasto en fiestas, pues creo que ante la disyuntiva de rebajar las fiestas en muchos días o rebajar solo el gasto de los tres días que dura el Noroeste Pop Rock, y que además suponen la mitad del presupuesto, esta decisión es fácil de entender. Más de una persona me transmitió que con una restricción que incluso afectaba a los sueldos y con tanto paro como estamos sufriendo, gastar 700.000 euros en una fiesta sería disparatado, que sería un lujo excesivo usar los impuestos de los ciudadanos en una fiesta tan cara.

–No todo el mundo está de acuerdo con usted: un grupo de usuarios de Facebook contrario a la suspensión supera ya los 3.000 miembros.

–Eso no quiere decir que haya unanimidad, porque sería absurdo creer que todo el mundo lo acepta y lo reconoce. Incluso hay gente a la que no le hace gracia el hecho de que hay que rebajar gastos. No es menos cierto que yo expliqué que en este año es más fácil tomar la medida, porque las fechas en las que íbamos a celebrar el Noroeste coinciden con un gran concierto que el Xacobeo va a organizar en la playa de Santa Cristina, y eso permitirá que en ese fin de semana hagamos la batalla naval un día y, al siguiente, la gente pueda acudir a ese festival. Eso hará que se note menos la ausencia del Noroeste.

–¿Supone esta coyuntura la puntilla para los macroconciertos en la playa de Riazor?

–En absoluto. Yo lo interpreto como un paréntesis, como ya sucedió hace unos años, porque todos esperamos que la crisis se supere, y que el dinero vuelva a llegar a los ayuntamientos de igual modo que antes de las restricciones impuestas por el Estado. Pero que las fiestas sean de un coste menor no quiere decir que no se pueda pasar bien igual. Muchas veces ha pasado acudir a una boda humilde y pasarlo muy bien, y otro día ir a una boda muy lujosa y no pasarlo tan bien. Muchas veces es adaptarse a las circunstancias, y estoy seguro que la ciudadanía disfrutará de las actividades de agosto.

–¿Y cuáles serán los actos estrella en agosto?

–Quiero hacer hincapié en que es idea de todo el Gobierno municipal mantener las fiestas en los barrios, con un gasto moderado pero que afectará a muchas personas, y también se celebrará una serie de actividades con solera en la ciudad ya contratadas.

–¿Se planteó también la opción de celebrar el Noroeste Pop Rock en un formato más reducido, de menos días, y centrándolo en grupos coruñeses?

–El Noroeste, tal como estaba en estos últimos seis años, supone un gasto muy fuerte en infraestructura, y el desembolso sería el mismo igual para un día que para un mes. La cuestión de reducir de tres a dos días, o de tres días a uno, no tiene sentido, porque de ese modo cada uno de los conciertos sería más caro. Estamos hablando de un gasto entre 350.000 y 400.000 euros y es inasumible un montaje de este nivel sin contratar a ningún artista que no atraiga al público de forma masiva.

–La concejal de Juventud, Ermitas Valencia, criticó su modo de gestionar las fiestas y sugirió que decisiones como suprimir el Noroeste y mantener la feria taurina respondían a su "personalísimo" criterio.

–Si para las fiestas de verano contamos con 1.400.000 euros y hay que reducir 700.000, ¿qué reduciría? ¿El Noroeste, que cuesta 700.000 euros, o todo lo demás? Si hay un acto que cuesta la mitad del presupuesto, ¿qué suprimiría? ¿Ese acto o el resto de actos? Pues para mantener las demás actividades, decidimos prescindir del Noroeste. ¿Que es una cuestión subjetiva? Pues puede ser, pero la otra opción era mantener tres días de fiesta en la playa con el Noroeste y dejar al resto de la ciudad sin fiestas el resto del mes. ¿No parece más razonable que podamos hacer muchas cosas en agosto y no hacer el Noroeste y nada más? Bueno, esta es una concejalía en la que tomamos decisiones, y como casi todas, es de actividad, y por tanto, de decisiones. Y no sigo por ahí.

–¿Va a haber en las fiestas otro concierto, al aire libre o en el Coliseum, ademas del de Supertramp?

–Traer a Supertramp ya es un riesgo y un esfuerzo muy fuerte, y yo creo que la ciudadanía responderá. También haremos un concierto del día del pregón, en María Pita. Aún no puedo decir de qué artista se trata, pero gustará mucho al público. Y habrá verbenas populares al aire libre.