La creciente concienciación de las administraciones acerca del problema causado por el ruido ha llevado a la progresiva instalación de diferentes sistemas de reducción de su impacto en las carreteras y en las líneas ferroviarias, no sólo cuando atraviesan cascos urbanos, sino incluso en entornos rurales en los que pequeños grupos de viviendas se encuentran a corta distancia de las vías de comunicación.

Las pantallas acústicas son el elemento usado con mayor asiduidad para rebajar la afección del ruido. En la actualidad se fabrican estas barreras con materiales metálicos y plásticos, e incluso con algunos provenientes del reciclaje. Para reducir su impacto visual, en ocasiones son transparentes, propiedad a la que se suma su resistencia a los golpes, así como a las pintadas vandálicas.

En A Coruña, el Ayuntamiento ha puesto en práctica en dos lugares otra de las modalidades de pantallas acústicas, las denominadas barreras vegetales, formadas por hileras de árboles que reducen la propagación del sonido. La más antigua de ellas se encuentra en el tramo final de la avenida de Linares Rivas, para proteger el pequeño jardín situado en la confluencia con la calle Ramón de la Sagra, muy afectado por el tráfico que se dirige al comienzo de la avenida de Alfonso Molina. En ese mismo vial, pero a la altura de Matogrande, se halla la segunda barrera, instalada recientemente para reducir el ruido que soporta ese barrio.