El ruido generado por el tráfico de las dos principales vías de acceso a la ciudad, las avenidas de Alfonso Molina y de A Pasaxe, causa trastornos a 24 centros educativos y sanitarios, de acuerdo con los resultados del Mapa Estratégico de Ruido de las Carreteras de la Red del Estado, que incluye a estas instalaciones entre los denominados "edificios sensibles" y que se ven afectadas a diario por más de 55 decibelios de sonido.

El informe, elaborado por el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex), propone la instalación de pantallas acústicas en el entorno de estos inmuebles con el fin de evitar las molestias causadas por el sonido que genera la circulación, que en algunos casos supera los 75 decibelios.

La proximidad a la calzada de las construcciones y la alta densidad del tráfico que soporta hacen de la avenida de Alfonso Molina la que cuenta con un mayor número de edificios sensibles, ya que entre ellos se encuentran el colegio público Cornide Saavedra, el colegio de los Maristas; los institutos de Someso, Elviña, Puga Ramón, Monelos y A Sardiñeira; las facultades de Económicas, Ciencias de la Educación, Derecho y Sociología; la Escuela de Ingenieros de Caminos; y la residencia de mayores Concepción Arenal.

Estos inmuebles suman 11.824 estudiantes y 150 personas mayores afectadas por el ruido, entre quienes los más perjudicados son los de los institutos de Elviña y Puga Ramón, ya que soportan un volumen de sonido superior a 65 decibelios, mientras que el resto de los edificios sensibles de esta zona se ven sometidos al impacto de más de 55 decibelios.

De acuerdo con estos datos, el estudio del Cedex recomienda la instalación de pantallas acústicas en el entorno de ambos centros escolares, actuación a la que concede una prioridad alta. En la respuesta ofrecida a la diputada del Partido Popular Belén do Campo sobre las iniciativas que proyecta realizar para disminuir el ruido del tráfico en los accesos a la ciudad, el Ministerio de Fomento únicamente menciona "el entorno de la avenida de Alfonso Molina" como uno de los lugares en los que se instalarán barreras para reducir el impacto sonoro, sin detallar los puntos concretos en los que se colocarán.

A estos inmuebles de utilización pública se suman las viviendas distribuidas desde el comienzo de la avenida, en pleno centro de la ciudad, hasta el puente de A Pasaxe. El informe señala que hay 23.500 personas afectadas por ruido superior a 55 decibelios a lo largo de Alfonso Molina, de las que unas 500 soportan incluso más de 75 decibelios, ya que la proximidad de los edificios a la calzada, en algunos casos a ambos lados, favorece la propagación del sonido, aunque también actúa como pantalla reductora para el resto del barrio.

A lo largo de los cuatro kilómetros de trazado de la avenida, el Cedex plantea la instalación de 3.000 metros de pantallas acústicas, de los que los 1.900 metros tendrían una prioridad alta.

Si en Alfonso Molina los inmuebles de uso educativo son los más perjudicados entre los considerados como "sensibles" a los efectos del ruido, en el caso de la avenida de A Pasaxe los destinados a fines sanitarios son los más afectados, ya que en el entorno de este vial se concentra la mayor parte de los hospitales de la ciudad. El estudio del Cedex menciona los hospitales Materno Infantil, San Rafael, Universitario, Marítimo de Oza y al Centro Oncológico entre los que reciben un impacto negativo por la proximidad del tráfico rodado.

El Materno y el San Rafael llegan a superar los 75 decibelios de ruido, mientras que los otros centros hospitalarios sobrepasan los 70, a excepción del Marítimo, que desciende a los 55. También en la zona hay centros educativos a cuyos ocupantes les afecta la circulación, entre los que el estudio señala el colegio Santa María del Mar y el instituto Monte das Moas, donde el ruido pasa de los 55 decibelios. De acuerdo con el informe, 2.633 pacientes de los centros sanitarios y 1.831 estudiantes de los centros escolares figuran entre las personas obligadas a padecer estas molestias.

La población que reside en el entorno de las avenidas del Ejército y A Pasaxe -agrupadas por el Cedex en su investigación- y que se ve perjudicada por el ruido del tráfico llega a las 13.100, entre las que más de un millar llega a soportar niveles sonoros por encima de los 75 decibelios.

La propuesta de medidas correctoras para este recorrido que efectúa el Cedex consiste en la colocación de 3.200 metros de pantallas acústicas, de los que 2.400 dispondrían de una prioridad alta.

Los hospitales Universitario, Materno Infantil y San Rafael se encuentran entre los edificios que deberían contar con estas barreras, así como las viviendas situadas en los primeros 500 metros de la avenida del Ejército, aunque en la respuesta del Ministerio de Fomento al Partido Popular sólo se menciona una intervención de este tipo "en el entorno del puente de A Pasaxe", sin aportar más datos sobre este proyecto.

La legislación española establece en 55 decibelios el nivel máximo de ruido que puede verse obligado a soportar un ser humano, ya que a partir de ese volumen comienzan a producirse trastornos. La Organización Mundial de la Salud estima que el 80% de la población urbana se ve perjudicada por este problema, que genera efectos físicos, como dolor de cabeza, hipertensión, disfunciones digestivas o cansancio. La pérdida de audición es sin embargo la consecuencia más habitual entre quienes soportan un ruido excesivo sin adoptar medidas preventivas.

En el terreno psicológico, el ruido causa estrés, insomnio, irritabilidad y síntomas depresivos, entre otras molestias, mientras que en el campo social se mencionan los problemas de comunicación o el aislamiento.

La concejal de Medio Ambiente confía en que la inclusión del llamado mapa de ruidos dentro del plan general para la urbanización de la ciudad sirva para solucionar buena parte de los problemas de contaminación acústica que padecen los vecinos que residen cerca de vías de intenso tráfico como la avenida de Alfonso Molina o la avenida de As Xubias.

Nieves Vázquez recordó que el Gobierno local dispone de diferentes estaciones de medición sonora en distintos barrios y que los vecinos tienen la oportunidad de consultar los datos obtenidos en cada una de ellas a través de internet. "Tenemos estaciones de medición de ruido para que todo el mundo pueda conocer los datos", comentó la edil, que aclara que la medición del ruido para detectar dónde está el problema es el primer paso hacia la eliminación de las perturbaciones que sufren algunos barrios a causa del intenso tráfico o, como ocurre en zonas como el Orzán, debido a gritos ligados al ocio nocturno.

La Concejalía de Medio Ambiente, según informó la concejal, trabaja junto a la de Urbanismo para que los futuros diseños de los viales, así como las remodelaciones de los que existen, dispongan de elementos que permitan una mayor dispersión de los sonidos más molestos.

"Hemos tenido una colaboración muy importante de la Concejalía de Urbanismo y todas las políticas que se hagan a partir de ahora van a tener en cuenta el problema del ruido", declaró Nieves Vázquez.

La edil de Medio Ambiente, aunque evitó mencionar medidas concretas para la eliminación de los problemas de ruido que padecen decenas de miles de vecinos, aseguró que el urbanista Joan Busquets ha tenido en cuenta este factor en todos sus diseños y disposiciones para el futuro urbanístico de la ciudad.

"Ha sido tenido en cuenta en el plan general, que ha incorporado el mapa de ruidos y que ha tenido en cuenta los datos obtenidos por los técnicos de Medio Ambiente", comentó la concejal sobre la contaminación acústica en la ciudad.