A Coruña es cochedependiente. El uso de automóviles privados cuadruplica a la utilización del transporte público. Las políticas embrionarias municipales para desterrar los coches del centro no han dado aún frutos, sean las medianas, el carril bus o la semipeatonalización de ciertas calles. Los corredores verdes propuestos por Busquets, que se ensayan en Orillamar y en Elviña, tendrán que esperar a tener continuidad para ser efectivos. En la última década y hasta la crisis, el censo de automóviles no ha dejado de crecer -hay un 4,8% más-. La opinión del redactor del plan general es radical: el transporte privado ha de irse del centro y no hacen falta más plazas para aparcar que las justas para dar servicio a los residentes.

El arquitecto Joan Busquets señala en la revisión del plan general, que el Concello quiere aprobar antes de que termine el año, que el 27,5% de los desplazamientos en la ciudad se realizan con un vehículo privado, mientras que el transporte público se reduce al 6,7%, cuatro veces menos que los coches particulares. La bicicletas suman un nimio 0,6%, mientras que los viajes a pie son del 64,9%.

El catalán constata que existe una "elevada concentración de tránsito vehicular en las principales avenidas que dan acceso al centro de la ciudad" y alerta de que el desarrollo de actuaciones urbanísticas futuras aumentará esa densidad de tráfico un 30%, por lo que se hace necesario "formular estrategias que permitan disuadir la utilización del vehículo privado y fomentar el traspaso de desplazamientos a medios de transporte más sostenible". Por el momento, el número de coches matriculados en la ciudad no ha dejado de aumentar hasta la llegada de la crisis. En la última década, el censo ha subido casi un 4,8% más: de los 121.632 registrados en 2001 a los 127.464 de 2010. En 2008 y 2009 la cifra fue mayor (128.858 y 128.940, respectivamente).

"La ciudad presenta un importante crecimiento en la demanda de movilidad", explica Busquets, que se traduce en una fuerte presión del tráfico individual, convirtiéndose el coche en el protagonista del espacio público urbano", analiza. Indican los redactores que la ciudad ha cometido dos errores que se pueden subsanar, al margen de la estructura de la red viaria coruñesa, poco preparada para recibir la intensidad de circulación que soporta a ciertas horas. El primer error ha sido dar demasiadas oportunidades de aparcamiento "como elemento generador de viajes al centro". Y el segundo, que las alternativas existentes hoy en día al coche privado son inadecuadas o no están planificadas.

Sobre el diagnóstico, Busquets propone varias estrategias para persuadir a los conductores de que el coche no es para la ciudad y los turismos abandonen al fin su casta privilegiada frente a las otras formas de desplazamiento. La primera propuesta es permitir la coexistencia en espacios públicos de modos de movilidad individual (coche, bici, peatón) y colectiva (tranvía, bus, ferrocarril, taxi). A este respecto, el arquitecto y su equipo advierten de la "baja cobertura" de la red de bicicletas en el municipio, así como también "una desestructurada red de sendas urbanas". Y es que, señalan, la red para bicicletas debe "conectar toda la ciudad" y no solo reducirse al paseo marítimo u otros puntos aislados de la urbe.

El Concello ha puesto en marcha hasta quince puestos de alquiler de biciclos por toda A Coruña, y espera que, al finalizar el proceso, haya una estación cada 300 metros.

Pero cuestionado por la falta de espacios propios para la circulación por el centro de la ciudad, el alcalde señala que los futuros corredores verdes, que intentan relegar el poder del automóvil, darán solución a esta vieja reivindicación de los usuarios de bicicletas de la ciudad, que siempre se han quejado de que el carril bici actual no es útil para su vida diaria, ir a casa, al trabajo o a la compra. Javier Losada argumentó asimismo que las bicicletas también tienen preferencia en el controvertido carril bus, aunque muchos usuarios de las dos ruedas se ven disuadidos de usarlos al tener que competir la calzada con autobuses y taxis.

Para Busquets, el rol del aparcamiento en la ciudad debe ser "contemporáneo" y sólo convertirse "en un elemento de servicio del residente, ya que por otra parte puede permitir un uso innecesario del coche". Por ejemplo, si un futuro corredor verde como Orillamar elimina un gran número de plazas de aparcamiento para reducir el espacio de los automóviles y priorizar al peatón, el Concello sólo debería reponer, según el arquitecto, aquellas que hiciesen falta para los vecinos de la zona.

Si finalmente se convierten en corredores verdes todas las vías señaladas por los redactores de la revisión del plan general, funcionarían como "un eje de conexión entre parques, equipamientos públicos y las diferentes áreas naturales".

El Concello ha intentado reducir la elevada densidad de automóviles y prácticas invasivas como la doble fila con otras medidas, siempre polémicas, como el carril bus, las medianas instaladas en Matogrande o las que reducirán el espacio para coches en La Marina. Pero todas estas medidas disuasorias no harán más que aumentar los problemas de tráfico si, como afirma Busquets, no se acompañan de alternativas de transporte público.

Y ahí reside la madre de todas las movilidades: el tranvía, un tranvía urbano pero también comarcal, atascado desde hace diez años entre las diferentes administraciones y gobiernos, con un cuarto estudio de viabilidad en marcha y cuya responsable, la Xunta, pide ahora financiación de Fomento para poder llevarlo a cabo. "Hay que extender la red de tranvía en el casco consolidado, así como ajustar la red de autobuses y aumentar la cobertura del servicio a la población", sentencia el documento urbanístico como propuesta estratégica ineludible.

Todo, primero, para que el residente o visitante opten por el transporte público y, segundo, para que la gran masa de población desplazada a las afueras y municipios limítrofes tenga a su disposición formas públicas de transporte y no se vean obligados, como ocurre actualmente, a aguantar los atascos para poder entrar en la ciudad.