La resolución de la Inspección de Trabajo que establece la responsabilidad de Repsol en el accidente que costó la vida a un trabajador y heridas graves a otro no preocupa a la compañía, que ayer mostró su satisfacción al comprobar que el organismo laboral "da por bueno" el informe elaborado sobre el siniestro por los técnicos de la refinería.

Un portavoz de la empresa destacó que la Inspección "acepta las causas y las conclusiones" propuestas por Repsol, así como las medidas correctoras necesarias, que ya han sido adoptadas, mientras que otras exigidas por la institución serán aplicadas próximamente.

Pese a que el dictamen aprecia la existencia de una infracción grave de la normativa de seguridad laboral y se la atribuye a Repsol por ser la titular de la planta de trabajo y porque los operarios afectados cumplieron todas sus instrucciones, la compañía considera que el mismo informe admite que se produjo una "imprevisible e inesperada concurrencia de circunstancias" que hizo posible el accidente.

El documento de Inspección de Trabajo detalla que los soldadores que reparaban una pieza averiada en la planta de coque fueron alcanzados por una explosión causada por el contacto entre las chispas generadas por su actividad y los gases que lograron salir de la cámara en la que se contiene el carbón. Los empleados, que prestaban sus servicios para la empresa de mantenimiento Tamesur, habían colocado una manta ignífuga para evitar el paso de las chispas, aunque la investigación determinó que esta medida de seguridad fue insuficiente.

Repsol recuerda que cada vez que se lleva a cabo una actuación como en la que se originó el siniestro, se efectúa una evaluación de los riesgos y se adoptan las medidas preventivas establecidas por la legislación. En el caso de la reparación de la cámara de coque, la compañía destaca que se había realizado en numerosas ocasiones y que nunca se había producido un accidente de esas características, por lo que estima que los medios de protección empleados "se han revelado insuficientes".

Otro de los aspectos destacados por la empresa es que los técnicos de Foster Wheeler, el fabricante de la planta de coque, asegura carecer de registros sobre accidentes de este tipo en las 170 instalaciones industriales similares a la coruñesa que existen en el mundo.

Personal de esta compañía se desplazó a la ciudad días después del siniestro y examinó el lugar de la explosión, tras lo que entregó a la refinería un informe en el que descartó que la fuente de ignición estuviese situada en el interior de la cámara y la localiza en el exterior, donde trabajaban los dos empleados que resultaron heridos.

En cuanto a la calificación de los hechos por parte de la Inspección de Trabajo como una infracción grave en grado máximo de la normativa de seguridad laboral, el portavoz de Repsol señaló que los servicios jurídicos de la compañía estudiarán esta resolución para analizar si es posible recurrirla. Para la empresa, el informe de las autoridades laborales "no pone en cuestión" la actuación del equipo directivo de la refinería ni establece responsabilidades personales, por lo que no considera adecuada la exigencia de su dimisión efectuada por el comité de empresa.