No es un estudiante cualquiera. Y no es sólo porque su media sea de 9,8 y quiera ser ingeniero aeronáutico. Con 17 años, Antón Baleato Lizancos emprende una aventura desde su colegio de maristas que le llevará a Vancouver. Estudiará en un edificio entre montañas y sobre un lago, perteneciente a una red internacional de centros en los que hay alumnos destacados de todo el mundo. Fue elegido entre 600 estudiantes españoles por su expediente pero también por sus iniciativas solidarias: fundó un colectivo con cuatro amigos que, por sus propios medios, consiguieron reunir dinero suficiente para irse a la India y llevar ayuda a un colegio de la última casta. Lo que acabó de convencer al jurado fue el proyecto que presentó a la beca: un plan que aunaba la recuperación de la ría de O Burgo con la integración de los gitanos que viven en los márgenes de las aguas.

El conocido publicista Lluis Bassat -en el jurado de la beca y cuyo hijo también estudió en uno de estos Colegios del Mundo Unido- felicitó directamente al coruñés después de su entrevista personal. Allí también estaba, destaca Antón Baleato, el director de pruebas de Airbus, otro ex alumno.

Después de una serie de pruebas, el joven ha sido uno de los 25 españoles elegidos, de un total de 600 presentados, para estar en uno de los 13 centros de la red educativa. El primero de los Colegios del Mundo Unido abrió sus puertas en el sur de Gales en 1962, por iniciativa de Kurt Hahn, algo que fue citado entonces por el diario The Times como "el experimento más emocionante en la educación desde la Segunda Guerra Mundial". Los centros están repartidos por lugares desde Canadá a la India, pasando por Costa Rica, EEUU, Swazilandia, Bosnia, Reino Unido o China.

De todos ellos, Antón Baleato Lizancos escogió Canadá, donde, además de estudiar mucho, pues la exigencia académica será elevada, podrá participar en el programa de cuidado de leones marinos o bajar en kayak hasta los Estados Unidos. En principio barajó irse al colegio de Gales, donde podría jugar al rugby, el deporte que practica en el CRAT.

La aventura la emprenderá en el mes entrante, un año después de que hubiese viajado a la India. Allí se fue con cuatro amigos, después de formar el Equipo India-Coruña, que organizó actividades durante meses para poder recaudar fondos y viajar hasta el país para ayudar, piedra a piedra, a construir un colegio para los intocables. Ya en otro verano, había viajado a Senegal con su madre, al pueblo de Yoff, donde trabaja la ONG coruñesa Ecodesarrollo Gaia.

Todo fue valorado por el jurado, al igual que su proyecto en torno a la ría de O Burgo. Vive cerca de A Pasaxe. "Sé lo que hay, no pretendo acabar con un problema que tiene muchos años, no voy a llegar yo ahora y arreglarlo", explica Baleato Lizancos, que relata que juega con gitanos y payos delante de su casa "desde que era pequeño". Para desarrollar el proyecto habló con instituciones y empresas para ver cómo podrían colaborar con un hipotético plan con actividades lúdicas para divulgar el potencial de la ría, concienciar de los beneficios de su recuperación y provocar la interacción entre comunidades. De los proyectos presentados por los aspirantes, uno se llevará una subvención para su ejecución. Baleato, cuya beca paga la Fundación Barrié de la Maza, estará en Canadá durante dos años y accederá a la Universidad un año más tarde que sus compañeros de maristas pero sin pasar selectividad. En su mente, una universidad británica o estadounidense como el prestigioso MIT.