Los resultados acerca de la transparencia del Ayuntamiento han tenido, como no podía ser de otro modo, dos lecturas: la del propio Gobierno local y la de la oposición. El alcalde, Javier Losada, se felicitó ayer por la nota que obtuvo el Concello en la clasificación que cada año elabora Transparencia Internacional, organización dedicada a la lucha contra la corrupción. Sin embargo, para el Partido Popular, el descenso experimentado por la ciudad en el informe con respecto al año pasado es la prueba de que el Ayuntamiento no funciona con la claridad que debería.

Ambos, Gobierno local y oposición, interpretaron los datos reflejados en el estudio desde su punto de vista y de modo que les beneficiase más. El alcalde, por ejemplo, recordó que la puntuación obtenida por el Consistorio coruñés está todavía muy próxima al sobresaliente, pese a que ha descendido dieciocho puestos en el ranking de transparencia en comparación al año 2009. El Ayuntamiento perdió exactamente 3,8 puntos de un año para el otro hasta quedarse en los 82,5 sobre 100. Losada, no obstante, declaró ayer durante una rueda de prensa convocada para hacer balance de su labor durante el curso político recién finalizado que trabajará para alcanzar en el futuro la "matrícula".

El concejal del Partido Popular Julio Flores, sin embargo, manifestó también en rueda de prensa que la calificación lograda por el Ayuntamiento no es más que la muestra de que "la palabra transparencia" hace mucho que ha sido borrada del vocabulario del Gobierno local. Para apoyar su razonamiento, Flores recordó que el PP, pese a sus reiteradas peticiones, continúa sin participar en la gestión de las empresas municipales.

Mejora

El hecho de que los populares no estén sentados en el consejo de administración de la empresa municipal de aguas (Emalcsa) o no tengan voz en el Instituto Municipal Coruña Espectáculos (IMCE) es un obstáculo a la labor de control de la oposición, según indicó ayer Julio Flores. "Nos obstaculizan un día sí y otro también", se quejó ayer el concejal del PP.

La visión contraria la tiene el alcalde, para quien las razones al descenso experimentado por el Ayuntamiento no van más allá de que los índices cambian de un año para el otro. Pero lo cierto es que los verdaderos motivos por los que la ciudad ha rebajado su nota en transparencia han sido el empeoramiento de los indicadores económico-financieros, la manera en la que el Gobierno local se relaciona con los vecinos y la información disponible sobre los miembros de la Corporación. En todos estos apartados, el Consistorio rebajó la nota obtenida en el año 2009, especialmente en lo que se refiere a los datos sobre los concejales, en donde se perdieron casi nueve puntos.

La nota establecida por Transparencia Internacional tras examinar las decisiones y políticas municipales se mantuvo inalterada en lo referente a urbanismo, a pesar de la tramitación del plan general y la polémica de las alturas, y en lo relacionado con las contrataciones de servicios, también pese a que recientemente varias empresas cuestionaron al Ayuntamiento por dividir un mismo concurso en cuatro partes para evitar que se impugnase todo el procedimiento.

La puntuación del estudio, sin embargo, contrasta con lo expuesto ayer por Julio Flores, quien protestó por el hecho de que a su formación sólo se le facilita el 20% de la documentación que solicita de manera oficial al Concello. El concejal popular insistió en que el bipartito local gestiona el Ayuntamiento como si se tratara de su "cortijo" y sin tener en cuenta a la oposición. Por todo ello, al PP no le han sorprendido los resultados alcanzados por la ciudad en el último estudio presentado por Transparencia Internacional sobre 110 municipios españoles.