La Concejalía de Urbanismo reaccionó a finales de 2008 a la denuncia de la Universidad, tras detectarse la existencia de 150 galpones para estudiantes en A Zapateira, y notificó a los propietarios que era preciso el cese "inmediato" de la actividad. Dos años después, con el inicio del curso y con la problemática sin resolver, el Ayuntamiento asegura que es complejo conseguir el derribo de estas infraviviendas. De los trece expedientes abiertos, en sólo tres el Gobierno municipal tramita la orden de demolición. En otros casos, responsabiliza a la Xunta del problema o argumenta que ha pasado tanto tiempo que ha prescrito la posibilidad de decretar la desaparición de estas habitaciones para estudiantes.

En las paradas de los autobuses próximas a los campus universitarios se pueden leer carteles, con número de teléfono incluido, donde se alquilan galpones a alumnos de Elviña y A Zapateira. Regresan los estudiantes a las aulas y vuelven las infraviviendas. La Universidad denunció en 2008 la existencia de al menos 150 galpones y las posteriores inspecciones de los técnicos del Ayuntamiento no han servido para poner fin a esta situación.

Los trece expedientes que abrió el Ayuntamiento para que se restablezca la legalidad urbanística apenas han surtido efecto. Sólo en tres de los casos, el departamento de Urbanismo sigue con el proceso administrativo para la demolición de los galpones, una tramitación que desde María Pita puntualizan que se alarga porque los interesados han presentado recursos para evitar el derribo de las infraviviendas.

En siete de los casos analizados, el Concello reconoce incluso que se ha llegado tarde para obligar a los propietarios a demoler las habitaciones que alquilan a los universitarios, es decir, que la situación irregular de los galpones no es nueva, sino que más bien se ha convertido en una forma habitual que tienen varias familias de A Zapateira para aumentar sus ingresos. "En siete expedientes se comprobó que las edificaciones tenían más de seis años y, por tanto, está prescrita la posibilidad de, en su caso, ordenar su demolición. En estos casos se ordenó el cese de uso de esas edificaciones para usos residenciales, excepto uno en el que la edificación puede albergar el uso residencial comunitario", puntualiza un portavoz local.

El Ayuntamiento también responsabiliza a la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas de las irregularidades urbanísticas de A Zapateira. Destaca que en dos casos la Xunta es la administración competente para reponer la legalidad urbanística porque los galpones están en suelo rústico.

La existencia de microviviendas para estudiantes en A Zapateira es una realidad. El colectivo vecinal del barrio reclamó el jueves el derribo de estas construcciones como "medida ejemplar", para evitar la proliferación de esta actividad en los alrededores del campus. Los residentes están convencidos de que la otra forma de solucionar este problema es con la construcción de la tan demandada residencia universitaria de Elviña, pues entienden que es la mejor contraoferta a los bajos precios de los galpones si se comparan con los alquileres que se pagan por pisos en el resto de la ciudad.

"Es importante abrir la nueva residencia universitaria porque, de lo contrario, esto es carne de cultivo para los especuladores", apostilló Juan Manuel Sánchez-Albornoz, presidente de la asociación de vecinos. La Universidad está de acuerdo con esta hipótesis, convencida de que mientras no se ponga en marcha la residencia será imposible acabar con los galpones del barrio de A Zapateira.

El vicerrector de Infraestruturas de la Universidad, Xosé Lois Martínez, reclamó a la Xunta que acelere los trámites para la contratación de la obra de la residencia de Elviña, que contará con más de 600 plazas para estudiantes y profesores: "Está sin adjudicar pese a que se concedió la licencia y se licitó hace más de un año".