Los actores Willy Éter y Luis Quinteiro, de amplia experiencia en el mundo de la interpretación, ponen en marcha su propia compañía, Os Confetti Brothers Productions, con la obra Os Magníficos Confetti Brothers, que representarán en el teatro Rosalía de Castro el miércoles 10 a las 20.30 horas.

–Presentan su primer montaje como dúo, Os magníficos Confetti Brothers. ¿Se trata de una comedia?

–Luis Quinteiro: Es un obra terrorífica, divertida, variada, especial, peligrosa… Al final el público muere (risas).

–Willy Éter: Se nos aparecieron estos dos personajes, unos emigrantes gallegos que empezaron como polizones en un carguero y terminaron como cómicos en el Caesar Palace de Las Vegas, y con un programa propio en la Fox. Pero su final es trágico, y tiene muchos elementos interesantes. Es una parábola sobre el éxito y la caída.

–¿De dónde sacaron a esta pareja de hermanos?

–L. Q: El origen de los personajes son varios números que hicimos juntos en galas de Manicómicos.

–W. E: Sí, nacieron por sí solos. Es un cruce irreverente entre comedia, tragedia, terror, cabaré y clown. Es una mezcla muy radical, con mucho dinamismo.

–L. Q: El espectador no sabe a qué atenerse.

–¿Qué le aporta este montaje al público?

–W. E: Una propuesta perfecta para un miércoles aburrido, porque la obra empieza a las 20.30 y termina a las 21.45. En ese corto espacio de tiempo, el espectador habrá recorrido Nueva York, Las Vegas y el infierno.

–¿Y en qué se parecen Nueva York, Las Vegas y el infierno?

–W. E: Son muy similares. Para los homeless neoyorquinos tiene que ser muy parecido.

–L. Q: Y muchos grandes artistas han encontrado el cielo y el infierno en Las Vegas.

–W. E: Las Vegas es divertida y superficial, pero tras todo su brillo, se esconde una realidad terrible.

–Prometen que el suyo va a ser un espectáculo muy visual.

–W. E: Usamos una iluminación y un sonido complejos, y habrá muchas sorpresas visuales que agradarán al público.

–L. Q: También tiene su sitio la poesía, aunque no en grandes dosis.

–¿Con qué música acompañan las desventuras de los hermanos Confetti?

–W. E: De todo, desde Frank Sinatra a Pink Floyd, pasando por Motörhead (risas). Una mezcla arriesgada de músicas y estilos.

–L. Q: Sí, pasamos de la respiración rápida a la tranquila.

–¿Están estos hermanos solos en sus peripecias?

–W. E: No. Aparecen desde un poeta y el típico predicador americano a la mismísima muerte. Nadie se libra de nuestra crítica despiadada (risas).

–L. Q: Y el que se libra, se muere (risas).

–Éste es su primer espectáculo. Es muy arriesgado crear una compañía en estos días.

–W. E: Sí. Dependemos totalmente del público. No digo que más adelante no nos planteemos pedir algún tipo de subvención, pero lo correcto es vivir de la taquilla. Se deben ofrecer espectáculos de calidad para atraer a la gente.