"Me parece muy mal, me parece fatal, no es lo más correcto", lamenta la presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos de A Coruña y Área Metropolitana, Luisa Varela. El colectivo vecinal se opone por completo a la medida adoptada por la empresa municipal de aguas para tratar de cobrar los recibos pendientes. Emalcsa ha impulsado una nueva campaña, con la edición de 9.000 folletos que se colgarán en las puertas de las viviendas de los morosos; una solución con la que pretende agilizar el cobro de las deudas de los clientes.

La empresa de aguas que preside el alcalde, Javier Losada, ha decidido cambiar de estrategia y apuesta por una campaña más agresiva, con denuncias en público a los usuarios que no estén al corriente del abono de sus facturas. Ha confeccionado 9.000 colgantes que dejará en los pomos de las casas de aquellos clientes que se incluyan en la lista de morosos de Emalcsa, pese a que la empresa destacó hace un par de meses que la morosidad apenas alcanzaba el 1%.

La federación de vecinos mayoritaria está en contra de esta medida y aseguró ayer que se pondrá en contacto con la dirección de Emalcsa para tratar de convencer a la compañía de que esta fórmula no es la más acertada. "No me parece lógica esta medida, sobre todo en estos momentos. Dentro de nuestras posibilidades, no vamos a permitir que suceda; hay otras maneras para cobrar los impagos", subrayó Luisa Varela.

La presidenta vecinal afirmó que debe ser la compañía municipal de aguas la primera en cumplir con sus propias normativas. Según Varela, su federación ha recibido quejas de clientes de Emalcsa. "Últimamente se cometen errores", destacó Varela, quien puso varios ejemplos: "Hay veces en los que se solicita un cambio de titular y la señorita (de Emalcsa) le da a otra tecla y da de baja el suministro de agua. Luego hay otros usuarios que quieren darse de baja y no pueden".

La empresa municipal pretende colgar los carteles en las puertas de los morosos para advertirles de una suspensión temporal del agua y exigir a los denunciados que cuanto antes se pongan en contacto con el departamento de atención al cliente para "evitar incomodidades" y "regularizar" la situación. "Le informamos de que su suministro queda desde este momento en estado de suspendido por moroso, a la espera de poder ejecutar el corte. Además, su deuda pasará próximamente a gestión ejecutiva por los servicios de recaudación municipal", se puede leer en los folletos, escritos en castellano por una cara y en gallego por la otra.

Emalcsa se ampara en la ordenanza municipal que regula la tasa por el suministro y utilización de agua potable. Según la normativa aprobada por el Ayuntamiento, la factura se envía cada tres meses, salvo que el contador sea de calibre igual o superior a 65 milímetros o con caudales de al menos cuarenta metros cúbicos por hora. En estos dos últimos casos, el recibo se remite cada treinta días.

El artículo 14 de la ordenanza señala que el plazo máximo para pagar la factura es de dos meses. Transcurrido ese tiempo, Emalcsa tendrá potestad para exigir además el pago de recargos. Si al año -a contar desde el término de los dos meses iniciales- los recibos están sin pagar, también podrá imponer sanciones.

Esta normativa se rige de acuerdo al artículo 27.2 de la ley General Tributaria, donde especifica que, transcurridos los dos meses iniciales, la empresa puede solicitar un recargo del 5% durante los tres meses posteriores, del 10% si pasan otros tres, y del 15% hasta que se cumpla el primer año. Una vez alcanzados los doce meses, Emalcsa ya puede reclamar al morosos un recargo del 20%.