Los promotores que tengan un proyecto en marcha en Ciudad Vieja y Pescadería se encuentran estos días con una dificultad inesperada cuando acuden a la Oficina de Rehabilitación: el arqueólogo municipal lleva "semanas" de vacaciones, un periodo de descanso que se acabará aún el 28 de febrero, justo un día antes de que al técnico que llegue la fecha de la jubilación, el 1 de marzo. El Ayuntamiento no ha buscado oficialmente una alternativa para la situación.

Constructores que han acudido a los despachos municipales se han encontrado estos días pasados con la mala noticia, que amenaza con paralizar sus proyectos por un tiempo. Según les han comunicado los propios funcionarios, el arqueólogo municipal, Xan Vázquez, goza del periodo de descanso que le corresponde "desde hace semanas" y que su incorporación será sólo por un día, hasta la hora de su retiro.

¿En qué afecta esta ausencia, sin alternativa, del arqueólogo municipal? Cualquier obra que se haga en la zona del Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri), esto es, en Ciudad Vieja y Pescadería, tiene que llevar su firma.

Las leyes de protección del patrimonio exigen a cualquier construcción o rehabilitación en estas áreas protegidas de la ciudad que el promotor o constructor presente un proyecto de control arqueológico, sobre el que el arqueólogo municipal tiene que emitir un informe, en teoría, después de visitar las excavaciones de la obra que se quiere realizar y comprobar lo hallado en ellas.

Seguidamente, el proyecto y el informe de Xan Vázquez se enviarían a la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta, para que el departamento autonómico autorizase al constructor solicitante proseguir con los trabajos en zona protegida, en virtud de los hallazgos realizados en la pertinente excavación. Es la Consellería de Cultura la que tiene competencias sobre la protección patrimonial, después de que el Estado central traspasase estas funciones y se elaborase la Ley de Patrimonio Cultural de Galicia, de 1995.

Por ejemplo, el propio Xan Vázquez declaró que ni él ni Patrimonio habían dado el visto bueno a la excavación de un solar en la polémica casa del cura de Panaderas para construir un garaje, en contra de lo manifestado por el Ayuntamiento, que aseguraba que se contaban con todos los permisos y licencias necesarios.

Sí tuvo que emitir la necesaria evaluación cuando se hallaron las murallas de O Parrote, para que después la Consellería de Cultura decidiese conservar el baluarte en el lugar donde la Autoridad Portuaria pretendía construir un estacionamiento subterráneo.

Su firma, por tanto, es un paso absolutamente ineludible para cualquier trabajo constructivo o de reforma en la zona Pepri de Ciudad Vieja y Pescadería.

Cuando los constructores preguntan por una alternativa a la Oficina de Rehabilitación, esta se ofrece a buscar una solución inconcreta, que en ningún caso es oficial ni pasa por que el Ayuntamiento convoque una nueva plaza, como parece que tendría que hacer ante la inminente jubilación del arqueólogo municipal. Una opción sugerida a uno de los promotores que acudió junto a su arqueólogo a las dependencias, fue que el director del Museo Arqueológico, José María Bello, se ocupase del asunto.

Y esto sucede en una época de auge de la rehabilitación, frente a la saturación de la oferta de demanda de vivienda nueva. La Concejalía de Vivenda promovió la recuperación de 3.037 pisos durante la legislatura y tiene en tramitación casi dos mil solicitudes nuevas para reformar inmuebles en próximas fechas.