La asociación de vecinos del Agra do Orzán denuncia que el nuevo gran edificio del barrio, el Ágora, será otra Cidade da Cultura, un edificio majestuoso pero sin contenido que sirva a sus vecinos. Y es que los residentes en la zona se declaran "decepcionados" por lo que consideran que es un designación "a dedo" del director del edificio, Manuel Olveira.

El presidente del ente vecinal, Francisco Graña, asegura que la obra ha sido "financiada por duplicado o triplicado en los anteriores presupuestos municipales" y que los fondos europeos concedidos para este edificio y para la rehabilitación del barrio -once millones de euros- se han desviado para la otros fines, como el Plan Urban -C y como la construcción de viviendas de lujo, el ancheamiento de aceras o la puesta en marcha del pago por aparcar que antes no existía en el Agra do Orzán.

"Pensamos que el uso dado a estos fondos constituye un engaño y una estafa, tanto para nuestro barrio como para la Unión Europea por su uso fraudulento", se quejan los vecinos del barrio ya que consideran que no se ha invertido en ellos y en su bienestar todo el dinero que Europa les había concedido.

Los vecinos temen que el Ágora se quede vacía de contenido y que no sea un edificio que cubra sus necesidades, no sólo en cuanto a centro cívico sino como dinamizador cultural de la zona. "Demandamos que sea un espacio de carácter social y exclusivamente público", exige el presidente de la asociación vecinal, que califica de "caridad" la labor social que desarrollan algunas entidades en el barrio, al considera que intercambian "ropa y alimentos por votos", ya que las acusa de estar vinculadas a los partidos políticos. "Esta situación nos parece repugnante y, por eso, exigimos que el nuevo centro, en colaboración con los servicios sociales públicos atienda debidamente estas necesidades, erradicando esta asquerosa práctica clientelar, más propia de la Edad Media", comenta en un comunicado el presidente de la asociación de vecinos.

Los residentes en la zona aseguran que el Agra do Orzán en un barrio que ha visto sus necesidades agravadas por la crisis económica y aseguran que necesitan un centro cívico para crear sinergias entre los vecinos y activar la vida del barrio en todos los ámbitos, desde el deportivo y el cultural hasta el social poniendo especial atención en las minorías desfavorecidas, como los mayores, los inmigrantes o los vecinos que pertenecen a una minoría étnica.