Una veintena de las familias de Penamoa realojadas en la ciudad han vuelto al poblado con sus órdenes de desahucio en las manos. Dicen que las ayudas que les concedió el anterior Gobierno municipal se acaban y que, por eso, tienen que volver al asentamiento y que cada día serán muchos más los que tengan que mudarse. Agentes de la Policía Local acudieron ayer a la zona e instaron a los chabolistas a que desmontasen su campamento. No lo hicieron, aunque no se negaron a que se lo derriben. "Después lo volvemos a levantar", amenazó uno.

Los chabolistas que regresaron a Penamoa se quejan de que el plan de integración no ha funcionado, de que el Ayuntamiento no hizo el seguimiento que les había prometido, que tampoco se preocupó por buscarles un trabajo, como les dijeron cuando firmaron los papeles de adhesión al plan de integración.

Algunos de los que ayer empezaron a levantar los toldos de plástico en donde estaban sus antiguas chabolas residen, según relatan, en pisos cuyo alquiler asciende a 500 euros, del que ellos pagaban una quinta parte, mientras que, entre el Secretariado Gitano y el Ayuntamiento, hacían frente al resto del recibo de las mensualidades.

Las tornas cambian ahora y serán las familias las que se tengan que hacer cargo de la mayor parte de la factura, además de los gastos de agua y luz, ya que las administraciones se comprometen a ayudarles con 130 euros mensuales.

"Si me dijesen lo que había nunca me hubiese ido de Penamoa", explicaba ayer Pilar Giménez. Lleva dos años en un piso, tiene tres hijos y, esta semana, le ha llegado una carta que dice que tiene que abandonar su vivienda en dos meses. No tiene trabajo y ya no tiene derecho a la Renda de Integración Social de Galicia (Risga), por lo que la única opción que cree que le queda es volver al poblado. Ella, como tantas otras familias en el poblado, denuncian que el plan de integración ha sido un fracaso, que aceptaron irse de Penamoa porque se lo "pintaron todo de color rosa", porque les prometieron que tendrían trabajo y unas viviendas dignas y que no les quitarían a sus hijos, así que aceptaron. Ahora que se acaba el dinero de las subvenciones y que los cortes de la luz y del agua se hacen efectivos se sienten "engañados".

"No queremos que Penamoa vuelva a existir, queremos que nos den una solución como la que le dieron a los chabolistas de Orillamar", explica David Rivero en alusión al asentamiento de Monte Alto, donde las barracas se derribaron para construir pisos destinados a los chabolistas. Advierte de que, cada día, serán más las familias que tengan que abandonar las viviendas que el Ayuntamiento les ayudó a pagar durante un par de años por no poder hacerle frente a las mensualidades: "Nos hicieron firmar hipotecas y alquileres sin tener trabajo y ahora estamos como estábamos".

"Si se quejan ellos, que tienen ayudas, qué vamos a hacer nosotros", se pregunta Begoña Salazar. La suya fue la primera chabola derribada por orden judicial. Su familia no se adhirió al plan de integración así que no llegó a ser realojada en la ciudad.

El que fuera presidente de la asociación de vecinos de O Portiño, Ramón Pérez Basich, comparaba ayer en Penamoa el movimiento de los chabolistas con el del 15-M y les animaba a que montaran sus toldos y a que reivindicaran una solución para ellos. "Esto no es simbólico, es la realidad, algunas de estas personas ya no tienen ni para comer, así que no van a pagar los recibos antes que la comida", explica Basich.

El concejal de Servicios Sociales, Miguel Lorenzo, aseguró ayer en un comunicado que el Ayuntamiento "no permitirá" un nuevo asentamiento en Penamoa y se comprometió a tomar "las medidas necesarias para que se cumpla la legalidad". El desmantelamiento del poblado está muy cerca, ya que quedan cinco chabolas pendientes de derribo -por orden judicial- en las que residen ocho familias, pero la población del asentamiento ha crecido estos días con la llegada de los realojados que dicen que ya no pueden pagar sus recibos.

El Ayuntamiento estudiará medidas "a medio y largo plazo" para lograr la integración social de los chabolistas de Penamoa. "Reinsertar no es dar una vivienda de alquiler, es mucho más, y, cuando se acaban esas ayudas, lo que tenemos es el problema en su punto inicial", criticó ayer el portavoz municipal, Julio Flores, sobre el plan de integración desarrollado por el bipartito durante su último mandato.

Asegura el también concejal de Seguridad que el Gobierno local comenzará hacer "las cosas que no se han hecho" en el periodo anterior, aunque no especificó qué medidas adoptará ni qué decisiones tomará para evitar que los chabolistas se acomoden de nuevo en Penamoa.

Los chabolistas, según aseguró ayer su portavoz, Eliseo Rivero, están dispuestos a dialogar con el nuevo Gobierno municipal.