El tranvía no volverá a funcionar hasta 2013. Lo anunció ayer el alcalde, Carlos Negreira, que aplazó a antes de Semana Santa de ese año la reanudación del servicio tras las obras que repararán los daños en los raíles solo entre Las Esclavas y la Torre de Hércules. El Gobierno local ha decidido arreglar cinco kilómetros del trazado, el que recorre la ensenada del Orzán, y dejar el tramo entre el faro romano y Puerta Real -en el que se tendrían que sustituir las vías- inhabilitado de momento. Las razones de que el proyecto se realice por partes radica, explicó Negreira, en una cuestión meramente económica. El coste total de la reparación asciende a dos millones de euros, por lo que el Ejecutivo municipal ha preferido realizar la inversión de 800.000 euros de la primera de las partes del trayecto y dejar la otra sección en suspenso. Pese a la resolución del Concello, ni siquiera la partida de 2012 servirá para arreglar la totalidad de las deficiencias en los raíles entre Riazor y la Torre. Se consignarán 425.000 euros y se destinará una partida similar en 2013 para concluir los trabajos.

El regidor recordó que el tranvía es una atracción "turística" y que se puede afirmar que ningún coruñés lo utiliza como medio de transporte por lo que, insinuó, no existe urgencia para que vuelva a funcionar. Eso sí, cuando los vehículos circulen por el litoral lo harán dentro de una programación turística específica que lo potencie y que intente que el servicio sea viable económicamente, ya que cada año da pérdidas. "Se introducirá en un paquete turístico, será una pieza importante de la promoción de la ciudad", avanzó Negreira, sin dar más detalles. Sobre el recorrido que hará a partir de 2013, el alcalde cree que será positivo, pese a perder la conexión con Puerta Real, porque incluye el acceso a dos museos -el Acuario y la Domus- y porque la bahía de Orzán y Riazor es la "postal" de A Coruña. "Recuperaremos la fachada más amable", remarcó.

Fue el último de los dos estudios encargados por el Concello -tras un descarrilamiento de un tranvía en julio y la posterior suspensión del servicio- el que alertó de que los raíles entre Puerta Real y la Torre de Hércules era impracticable porque ponía en riesgo la seguridad de los usuarios y conductores de los vehículos. La rotonda de entrada a Adormideras y al Club del Mar de San Amaro, del viaducto de la Maestranza y de la zona frente al castillo de San Antón son las zonas más deterioradas pero, en general, todas las vías deben ser sustituidas. Por ahora no hay plazos para acometer este proyecto.

En cambio, en la otra parte del trayecto sí que hay posibilidad de realizar obras puntuales y restablecer el servicio, aunque, debido a la situación económica, el Concello ha decidido que los trabajos se extiendan a lo largo de casi dos años. Entre Las Esclavas y el faro romano, las dificultades más notables se encuentran en Riazor, el apeadero de Hacienda, la glorieta de los Surfistas, la rotonda de la avenida de Navarra y la entrada a cocheras. En estos 5,4 kilómetros, 320 metros son los que se encuentran, según el informe, más afectados y cuya reparación asumirá el Concello.