Un conductor que fue interceptado para hacerle la prueba de alcoholemia logró escabullirse del control policial tras realizar el test y dejó a los agentes con su vehículo y las llaves de contacto. El hombre, que dio un resultado de 0,65 litros de alcohol por litro de aire expirado -lo máximo permitido son 0,25 y, para que sea delito, debe superar los 0,60-, fue identificado posteriormente por los funcionarios.

"Lejos de reconocer lo sucedido, prestó declaración aportando a los agentes datos de identidad de otra persona, a la que, aseguró, le había prestado momentáneamente el vehículo para que lo probara porque al parecer pretendía comprárselo", cuenta el 092 en un escrito enviado a los medios de comunicación, en el que sostiene que los agentes, tras realizar las indagaciones correspondientes, averiguaron que el hombre identificado era el conductor que había huido y que le había pagado a otra persona a cambio de que corroborase su coartada y sustituirle en el caso de que fuese condenado a la retirada de carné. El conductor cometió un delito de acusación falsa por el que podrá ser juzgado.