Los grupos de investigación de la Universidad superaron la evaluación del Ministerio de Economía, que encargó el Rectorado para conocer el estado de este sector y para repartir la financiación plurianual. De los 119 equipos estudiados, el 94% del total, la media de puntos obtenidos es de 37 sobre 50. Un 26% de grupos consiguieron más de 40 puntos, por lo que son, según el estudio, "muy competitivos a nivel internacional", y un 57,14% tienen "relevancia a nivel estatal". El vicerrector de Investigación, Ricardo Cao, destaca que los equipos "aprueban con nota la evaluación externa" y añade que son pocas las instituciones académicas que se someten a este tipo de estudios, de la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva (ANEP), dependiente de la cartera estatal.

Dependiendo del ámbito de estudio, el informe de la ANEP resalta que los grupos que consiguieron mejores puntuaciones son aquellos relacionados con las Ciencias y las Humanidades, con 40 puntos sobre 50. Fueron los de Ciencias de la Salud y Ciencias Sociales y Jurídicas los que alcanzaron peor nota, con 33,5 y 32 puntos. Ingeniería y Arquitectura obtuvo un resultado igual que el de la media de todos los grupos, 37 puntos. De manera pormenorizada, los equipos que recibieron mayor calificación fueron los del Área de Biología Fundamental y de Sistemas, la de Biología Vegetal y Animal, Ecología, y la de Ciencias de la Tierra, así como el Área de Filología y Filosofía. Economía y Ciencias Sociales y Educación y Psicología comparten las peores puntuaciones.

El Ministerio de Economía analiza cuatro cuestiones sobre los equipos: la producción científica, la financiación competitiva, la transferencia de tecnología y conocimiento, la capacidad formativa y el potencial del grupo. Este último parámetro, orientado hacia el futuro de los equipos, muestra cómo un 17,65% de los grupos tienen una calidad "excelente" y el 35,29%, "relevante". Solo un 3,36% no tiene perspectivas de mejora. Este dato negativo crece hasta un 13,45% en la transferencia de conocimiento a la sociedad que tienen estos grupos y un 20,17% no tienen "grandes méritos".

En producción científica, los equipos obtienen un nivel bueno, a semejanza de otros grupos estatales, en el 41,18% de los casos y, en un 17,65%, tienen una calificación de excelente en este ámbito. Sobre la financiación, el 75% de los investigadores están por encima de la media, aunque un 27,73%, aún siendo aceptable su rentabilidad económica, tendría "posibilidad de mejorar". La capacidad formativa de los participantes en estas experiencias también es positiva. En un 32,77% es "relevante" y en un 11,76% es "excelente". Solo un 5,88% de grupos no tiene previsión de mejora en el futuro en este aspecto.

En cuanto a los investigadores, el 12,76% posee un nivel homologable al de profesionales internacionales y un 30,48% al de científicos estatales. El 5,82% de los participantes en estos grupos son "poco activos y con una trayectoria que hace pensar que no tiene potencial de mejora". El nivel más alto de excelencia lo obtienen los catedráticos, un 41,88%, que decae hasta desaparecer este baremo en los profesores titulares de escuelas universitarias.

Los datos positivos vuelven a aparecer en las becas Ramón y Cajal y Parga Pondal, con un 37,50% de nivel internacional entre sus participantes y un 25% de nivel estatal. Un poco peores son los datos en las becas Juan de la Cierva y Ángeles Alvariño, aunque casi la mitad, 46,88% de investigadores obtienen calificación similar al resto del Estado. En cambio, los asociados, interinos o becarios predoctorales, tienen solo "potencial" de mejora.

En enero, tras ser elegido rector pero aún sin tomar posesión del cargo, Xosé Luís Armesto, ya criticaba la reducción de fondos de investigación del Gobierno central. "Los recortes en I+D+i se pagarán en las próximas décadas", advertía. Pero, una vez en el cargo, el máximo dirigente de la institución académica coruñesa no tuvo más remedio que disminuir la partida dedicada a los grupos de investigación, aunque intentado que el impacto fuera el menor posible.

El presupuesto para este año incluye un 3% menos de inversión para estos proyectos que, además, aumentaron en número con respecto a 2011. La novedad que incluían era el análisis externo, a través del Ministerio de Economía, para decidir la financiación de los grupos en función de la puntuación obtenida. Además, el Rectorado planteaba la dotación económica de manera plurianual, para que los investigadores decidieran cuándo necesitarían más recursos y los administraran de la manera más eficaz.

Los recortes estatales, pues, se recibían en la Universidad de una manera suave, aunque los datos de 2011, hechos públicos en mayo de este año, constataban que la financiación pública en ese ejercicio ya había sufrido una caída. Un 45% menos de inversión realizaron las administraciones en 2011 con respecto al año anterior. Tres millones de euros y 59 proyectos menos. El descenso más notorio, el de la Xunta, seguido del del Gobierno del Estado y, por último, la Unión Europea.