La empresa concesionaria del servicio de erradicación de la plaga de gaviotas en la ciudad, Locus Avis, retiró desde mayo hasta julio 900 nidos de aves reproductoras y eso que todavía les queda contabilizar todos los huevos retirados en el último mes de la campaña de erradicación, agosto.

Desde la concesionaria dicen que no hay fórmulas mágicas que los vecinos puedan aplicar para evitar que en sus tejados se instalen las gaviotas, aunque sí que les animan a que llamen al 010 para que los profesionales acudan a sus casas y recojan los huevos de las gaviotas para impedir que nazcan polluelos.

En tan solo doce años se ha reducido a menos de la mitad la población de estas aves en la ciudad, el 51%. De las 1.700 parejas que había en el año 2000, cuando se comenzaron a hacer campañas de erradicación periódicas quedaban en 2011, 831 parejas y, según explican desde Locus Avis, los datos de este ejercicio serán similares a los del año pasado.

Son menos, sí, pero, con el paso de los años, las gaviotas han ido conquistando terrenos a los que antes no prestaban atención y, ahora, se pueden ver parejas reproductoras en todos los barrios de la ciudad, incluso en los más alejados del centro. En principio, las colonias de gaviotas se instalaban en los barrios cercanos al puerto, Pescadería, Monte Alto y Ciudad Vieja, porque ahí estaba su principal fuente de alimento, aunque ahora llegan ya a Pedralonga y Os Rosales.

¿Y qué pasaría si no se retirasen los nidos, si las parejas de gaviotas pudiesen reproducirse sin control en la ciudad? Pues, según comentan desde Locus Avis, la población se incrementaría de una manera "insostenible", ya que los pollos de gaviota, con cuatro años, ya están en edad de reproducirse. Sumando que nacerían gaviotas cada verano y que estas aves pueden llegar a vivir dos décadas, compartir ciudad con los nuevos habitantes rozaría lo imposible.

Desde Locus Avis apuntan a que no es solo el ruido que emiten cada noche, la suciedad en las ventanas, los tendales y los daños que provocan sus excrementos en los coches, los atascos en los canalones que conllevan inundaciones en las casas y filtraciones de agua en las viviendas, sino que es también el miedo que, en ocasiones, estos pájaros infieren a sus vecinos, hasta el punto de impedirles que salgan a la terraza porque realizan vuelos intimidatorios cerca de sus cabezas para marcar su territorio, el área en el que están sus huevos.

No hay fórmulas mágicas, pero tampoco todo es cuestión de suerte. Locus Avis asegura que un tejado limpio es menos atractivo para que las gaviotas se instalen que una infraestructura llena de plantas.

En caso de que una o más parejas aniden en un tejado, lo mejor es avisar al teléfono de información municipal y solicitar que el servicio de erradicación suba para retirar los huevos. El servicio es gratuito y funciona durante la época de cría, desde mayo y hasta agosto.

Para Locus Avis, otra especie que se considera una plaga es la paloma común porque, al igual que las gaviotas, es una especie "generalista", de esas que comen casi cualquier cosa que le eche la gente y tiene facilidad para reproducirse, por lo que ha conseguido tener poblaciones muy grandes dentro de la ciudad.