La familia, una pareja y sus dos hijos, cuya chabola quedó destruida en el incendio del asentamiento de A Pasaxe ocurrido en la noche del jueves, rechazó ayer la oferta del Ayuntamiento para trasladarse a una vivienda municipal o una residencia y optó por permanecer en el lugar junto a sus familiares. El Gobierno local citó al matrimonio en el centro cívico de Palavea por la mañana para exponerle esta propuesta, que enlaza con el trabajo desarrollado de forma continua por la Concejalía de Servicios Sociales en el poblado. El titular del departamento, Miguel Lorenzo, admitió ayer que el Ayuntamiento no puede retirar la basura que favoreció la propagación del fuego para así evitar nuevos incendios porque se haya en una propiedad privada y porque los residuos acumulados son peligrosos y se exige disponer de una acreditación especial para manipularlos.

Los habitantes del asentamiento discrepaban ayer sobre un cortocircuito en la chabola calcinada y una hoguera descontrolada como el origen del incendio, que comenzó sobre las 21.00 horas y que quedó completamente extinguido 12 horas más tarde tras el vertido de 100.000 litros de agua, según explicaron los bomberos. Los efectivos de urgencias desplazaron inicialmente dos camiones motobomba, aunque la virulencia de las llamas les obligó a solicitar la presencia de cuatro más, ya que la combustión de la basura acumulada en la zona generó una densa humareda y el fuego amenazaba con extenderse al resto de las chabolas.

El responsable del parque de bomberos, Carlos García Touriñán, se encargó de coordinar las labores, que hicieron necesaria la evacuación del poblado ante el riesgo existente para sus habitantes. Antes de la llegada de estos equipos, la desesperación de los chabolistas les llevó a intentar apagar el fuego con agua que extraían de la ría con cubos. "Los niños tosían mucho por el humo", explicaban ayer los residentes en el poblado alrededor de los restos de la chabola incendiada, al tiempo que comentaban la rapidez con la que se propagó el fuego por la basura y la explosión de una bombona de butano que se encontraba entre los desechos, aunque otros cuatro de estos recipientes mostraban por la mañana que también habían sido dañados por el incendio.

"Tuvimos que salir corriendo con los niños y todo, era un infierno", explicaron los habitantes del asentamiento, quienes mostraron su convicción de que si los bomberos no hubieran acudido habrían desaparecido todas las chabolas. La necesidad de abastecerse de agua llevó a los bomberos a aprovechar los depósitos del Hospital Universitario para actuar con mayor celeridad. A medianoche se había conseguido controlar el siniestro y se autorizó a las familias a regresar a sus viviendas, aunque los trabajos de extinción continuaron toda la noche. Ya por la mañana, los operarios examinaron la acumulación de basura para comprobar si seguía ardiendo en la parte inferior y luego abandonaron el lugar en torno a las 09.30 horas.

El concejal de Servicios Sociales, Miguel Lorenzo, acudió al lugar poco después de iniciarse el incendio y ofreció a la familia que habitaba la chabola destruida pasar la noche en un establecimiento de hospedaje, aunque rehusó el ofrecimiento. "El Ayuntamiento puede exigir la limpieza del terreno pero no limpiarlo", señaló el edil ayer, tras lo que indicó que su departamento mantiene conversaciones con los propietarios de las parcelas para dar una solución al problema de este poblado.

"No vamos a parar hasta que lo veamos libre del chabolismo", manifestó Lorenzo sobre esta zona de A Pasaxe, con cuyos habitantes se desarrolla desde hace meses una actuación para convencerles de que se trasladen a viviendas. "No puedo obligarles, pero puedo persuadirles", explicó Lorenzo, quien reconoció que los esfuerzos realizados solo han conseguido la salida del lugar hasta el momento de tres familias, que aceptaron el ofrecimiento municipal antes del verano.

Ante la presencia ayer de varios niños en el poblado que no habían acudido al colegio y las declaraciones de la mujer que habitaba la chabola destruida en referencia a que sus hijos no volverían a clase hasta conseguir una vivienda, el edil afirmó desconocer esta situación e informó que todos los menores están escolarizados y que reciben becas de comedor del Ayuntamiento o de la Xunta, ya que algunos asisten a colegios de Culleredo.

Los socialistas exigieron ayer al Gobierno local un plan de integración de las familias que viven en el poblado de A Pasaxe y ofrecieron su colaboración para adoptar medidas para la erradicación del chabolismo. La concejal Silvia Longueira, responsable de estas actuaciones en el anterior Ejecutivo municipal, afirmó desconocer los planes del Partido Popular sobre este asentamiento y anunció que el grupo socialista "no actuará con la misma irresponsabilidad del PP cuando estaba en la oposición". Longueira lamentó el "silencio" del Gobierno local sobre las preguntas formuladas por su grupo acerca de este problema y recordó que su equipo dejó elaborado un censo de población del poblado de A Pasaxe y unas líneas de trabajo definidas.

También el BNG exigió un plan de eliminación de los asentamientos precarios, según detalló su portavoz, Xosé Manuel Carril, quien advirtió de que no debe realizarse "solo desde la óptica del derecho a la vivienda", sino como una política transversal de todas las concejalías que permita mejorar el acceso al empleo mediante la educación y la formación la adopción de hábitos sanitarios, la autoorganización de los chabolistas y su participación social.